La ampliación de los Brics, ¿el amanecer de un nuevo mundo?

Alessandro Visalli      01

/09/2023 

Lo ocurrido en Johannesburgo parece ser un punto de inflexión similar al de los años setenta[1]. Con su entrada en los Brics a partir de enero de 2014, se completa el movimiento de Arabia Saudí hacia nuevas alianzas, preludio del anunciado cierre de bases estadounidenses (en junio anunciado por Bin Salman[2]) y la consolidación de las transacciones en otras divisas petroleras. Junto al gigante árabe, otros actores importantes como Egipto, Emiratos Árabes e Irán, y en Sudamérica, Argentina. Por último, la simbólicamente importante Etiopía[3].

Es imposible subestimar el acontecimiento, aunque sea esperado (y lo que explica el esfuerzo por excluir a Putin incriminándolo[4]): entre las cosas más importantes es que el Occidente colectivo (y en particular Europa) pierde toda influencia residual sobre la Opec+[5] y por lo tanto sobre la geopolítica de la energía, esperemos gasolina a bastantes euros y energía a valores permanentemente altos (con tranquilidad para los que se eternizan contra el cambio climático "inventado", sin comprender que se trata literalmente de una cuestión de supervivencia y no sólo del planeta[6]); en África en este momento tenemos, de Norte a Sur, a todas las grandes potencias alineadas contra el Occidente imperial[7], o al menos capaces de reclamar una mayor independencia de él, nadie puede imaginar siquiera entrar militarmente en África contra Egipto, Argelia y Sudáfrica juntos, o en Oriente Medio contra Arabia Saudí, Irán, los Emiratos y sus aliados (sin considerar que Turquía también se ha postulado); se sueldan dos gigantes ordenados como Arabia Saudí e Irán (obra maestra de la diplomacia china), y con Egipto y los Emiratos se convierten en el polo inexpugnable de la región; en el patio trasero de EEUU se sueldan Brasil y Argentina, prácticamente el centro del subcontinente ha cambiado de ubicación.

México, junto con Bolivia, Honduras y Venezuela se han postulado. En Extremo Oriente, junto a los dos gigantes China e India, miembros históricos, Bangladesh, Indonesia, Kazajstán, Tailandia y Vietnam han presentado su candidatura. Otros, como Pakistán, les seguirán.

El primer impacto se producirá en la dinámica de las materias primas (no es casualidad que en la cumbre se afirmara que los países africanos quieren utilizarlas para desarrollarse) y, por tanto, en los términos de intercambio (precio relativo entre materias primas y productos intermedios o finales en un intercambio) que hasta ahora han enriquecido a Occidente. En términos medios, tendremos consecuencias sobre la centralidad del dólar (que pierde definitivamente su paridad saudí).

Si tenemos en cuenta que los desafíos chino (pero en este momento también indio) y ruso no son sólo en términos de control de las materias primas, sino también de las tecnologías, nos encontramos en un punto de inflexión epocal.

Pero vayamos más ordenadamente, y evitemos sobreinterpretar los acontecimientos. Los Brics, (originalmente Bric, cuando Jim O'Neil propuso en 2001 denominar a los cuatro países emergentes Brasil, Rusia, India, China) sólo en 2006, hace quince años, al margen de una asamblea de la ONU, decidieron organizarse en una coordinación diplomática informal y en 2009 la transformaron en una especie de club permanente (como el G7) en la cumbre de Ekaterimburgo. Desde la declaración de 2009, el objetivo de la asociación es establecer un orden mundial multipolar más equitativo, es decir, en el que no exista un hegemón central. En 2010, se admitió a Sudáfrica y las ambiciones aumentaron gradualmente. Si bien al principio se trataba esencialmente de coordinar la acción en las organizaciones multipolares dirigidas por Occidente (ONU, FMI, BM, OMC), poco a poco surgió el objetivo de cambiar sus estructuras y/o de organizar organismos autónomos de apoyo al desarrollo. Esta nueva agenda incluye necesariamente la reducción del papel dominante del dólar (y del papel subordinado del euro), la capacidad de resistir a los "ditkats" del FMI y del BM, y de resistir al riesgo de fuga de capitales sometidos y a las crisis de liquidez, así como a las sanciones unilaterales. En resumen, resistir a las armas de destrucción financiera que Occidente suele utilizar para disciplinar y amenazar al mundo.

En 2014, con este fin, los Brics decidieron en Fortaleza crear su propio Banco de Desarrollo para financiar iniciativas conjuntas en materia de infraestructuras. Un Banco, cabe señalar, abierto a cualquiera y dotado con 50.000 millones para inversiones y 100 para reservas. El Banco cuenta además con un acuerdo específico de swap y la plataforma "Brics Pay" para utilizar la moneda de los cinco países miembros en lugar del dólar estadounidense.

Los Brics incluyen países bastante heterogéneos, clasificables como del "segundo" o "tercer" mundo según la dicción antigua, con una población muy numerosa (primero y segundo, séptimo, noveno y vigésimo cuarto, un total de unos tres mil trescientos millones de habitantes sobre ocho), una superficie territorial que ve al primero, tercero, cuarto y sexto países más grandes del mundo, un PIB nominal que ve al segundo, quinto décimo y undécimo países más grandes (un total de unos 24. 000 billones de 90.000) y un PIB PPA mucho mayor con el primero, tercero, sexto y octavo países más grandes del mundo (un total de 49.000 billones de 141.000), enorme dotación de materias primas. Pero también países que pueden clasificarse como "democracias" al estilo occidental (India, Sudáfrica, Brasil) y "democracias autoritarias" (Rusia) o "democracias populares" de partido único (China). Países, en fin, con diversos grados de acuerdo con Occidente y Estados Unidos (como India, que es capaz de estar en relaciones simultáneas con China, Estados Unidos y Rusia) o la propia Sudáfrica y Brasil, junto a países en curso de colisión frontal, como Rusia, o latente, como China.

¿Qué los mantiene unidos? Básicamente, la historia del colonialismo y la experiencia del siglo XX. De hecho, el camino de acercamiento entre los países ha sido cauteloso y progresivo hasta la verdadera explosión de solicitudes de adhesión de los últimos meses, con seis nuevos países aceptados como "miembros fundadores" de pleno derecho a partir de enero de 2024 (Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos) y muchos otros en la cola (Afganistán, Argelia, Bahréin, Bangladesh, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Kuwait, Palestina, México, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Senegal, Sudán, Siria, Tailandia, Túnez, Turquía, Uruguay, Venezuela, Vietnam, Angola, Congo, Guinea y Zimbabue). Hablamos de países que son gigantes económicos y geopolíticos, con dotaciones energéticas y de materias primas de primer orden y una población acumulada de más de 1.600 millones de habitantes (lo que supone más de la mitad de la humanidad). Se trata de una aceleración impresionante que es el resultado del debilitamiento relativo de Occidente en el plano material y, más aún, en el de la autoridad moral y la capacidad de amenaza.

Sin embargo, el Brics, sobre todo si se amplía aún más (aunque quizá no a todos), no es un contrabloque hegemónico que pueda tener la ambición de gobernar el mundo como un nuevo G50 impulsado por China. Si lo fuera, el "club" tendría que ser más pequeño y no contener demasiados rivales potenciales de poder similar. Aquí los enemigos históricos estarían literalmente juntos: India y Pakistán, Irán y Arabia Saudí, Siria y Turquía, o a veces rivales como Argentina y Brasil, o México. El efecto sería una parálisis geopolítica similar a la que, aunque en condiciones diferentes, aflige a Europa.

Pero si no es, ni puede ser, el núcleo de un bloque hegemónico en el sentido de la lógica occidental, o lo que Arrighi llamaba un sistema de hegemonía, ¿qué nos muestra (a contraluz, si se quiere) esta súbita ruptura de diques y ampliación? En mi opinión, dos cosas que se trata esencialmente de un ejercicio de autodefensa, hecho necesario por la postura agresiva del hegemón anglosajón; y que incorpora las tres lecciones que ha enseñado en los últimos años.

En otras palabras, la ampliación de los Brics marca, por un lado, la dilución del poder relativo de China en el redil, ya que crea las premisas para un nuevo y poderoso polo de Oriente Medio, y refuerza el africano[8]. Por último, como contrapeso a la centralidad ruso-china está también la entrada de un país hispanohablante en Sudamérica de gran importancia como Argentina, preludio quizás de otras ampliaciones decisivas en el "patio trasero" de EEUU[9].

Por otro lado, al mismo tiempo, el sistema Brics crea un área de potencial intercambio comercial y financiero cada vez mayor y capaz, con la probable ampliación posterior en este punto, de alcanzar o superar la relevancia de los mercados occidentales. Y, por último, crea un refuerzo espectacular de la capacidad de gobernar el flujo de materias primas energéticas gracias a la entrada simultánea del país con 300.000 millones de barriles de reservas (mientras que el primero, Venezuela, que es un país "amigo", tiene 304) y el tercero, Irán (156), sin olvidar los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait (145), que ha solicitado. Básicamente, entre los países con mayores reservas, sólo quedan fuera Canadá (170), Irak (145), EEUU (69) y Libia (48), el segundo y el tercero porque están sustancialmente infraocupados. Incluso considerando la producción actual, es decir, el impacto inmediato, de 80 millones de barriles diarios, los países del Brics controlan ahora directamente 38 millones, pero con los países que han hecho la demanda se elevaría a unos 50. Considerando en cambio el consumo, EE.UU. tiene un déficit de 8 millones entre producción y consumo (11/19 millones) Europa y Japón son deficitarios y los países BRIC tienen un consumo de unos 30 millones. En esencia, ahora pueden controlar el mercado y fijar el precio.

Así pues, no se trata de un bloque hegemónico cohesionado alternativo al Occidente liderado por Estados Unidos. No es el "club" de China. Es un sistema de autodefensa que tiende a ser horizontal, basado en el principio de que ya no se quiere ser dominado por una potencia egoísta (y falsamente universalista). Esto lo hace totalmente decisivo en esta coyuntura.

Es, además, uno de los resortes internos más poderosos del propio desarrollo chino y del "mandato del cielo" del Partido Comunista, pero también del renacimiento ruso: el recuerdo de las humillaciones (más remotas en el primer caso, más recientes en el segundo) que Occidente ha hecho sufrir a los países que se mostraban débiles. El recuerdo del colonialismo y del imperialismo y su típica mecánica de extracción de valores.

Un recuerdo que se une a las "tres lecciones" que la crisis de Ucrania está impartiendo al mundo en estos momentos:

    *la primera, que EEUU puede 'robar' reservas y expropiar a ciudadanos particulares de países que se le oponen de forma completamente ilegal;

    *la segunda, que, al mismo tiempo, las temidas sanciones no pueden doblegar a un país con suficientes materias primas, clientes y capacidad industrial;

    *por último, la tercera, que el gran poder tecnológico militar de Occidente no puede marcar la diferencia mientras su industria bélica ya no está a la altura de una guerra de alta fricción.

En resumen, el rey está desnudo (pero, al mismo tiempo, es más malo que nunca).

No se trata de un nuevo polo geopolítico compacto, pero estas tres lecciones, combinadas con la memoria, bastan para lanzar el desafío: los pueblos ya no quieren ser dominados y prefieren intentar una vía de autogestión y de gobernanza compartida, para acabar por fin con la "gran divergencia" que existe desde hace quinientos años.

El reto es, por tanto, crear una especie de nuevo G11 (y luego G30-50), en el que compensar su propio comercio y crear sus propias reservas estratégicas e inversiones para el desarrollo, un organismo de coordinación y cooperación que se apalanque en el control de los mercados energéticos, las finanzas (al menos para sí mismo, incluso a través de nuevas plataformas de pago[10]), proteja y desarrolle sus propias tecnologías y mejore los términos del comercio de mercancías para acabar con el neoimperialismo occidental en el "Sur Global".

El lema chino de una "comunidad con un futuro compartido para la humanidad"[11], inspira un enfoque cooperativo y pragmático, especialmente centrado en las necesidades básicas de los países con una renta per cápita aún baja o media, en las infraestructuras esenciales y en los planes de beneficio mutuo.

La Declaración de Johannesburgo[12], con la que concluimos, comienza con la declaración de tres principios y objetivos: asociación para un crecimiento mutuamente acelerado; desarrollo sostenible; multilateralismo integrador. Un espíritu de respeto, igualdad soberana, democracia abierta e inclusividad en el marco de un orden internacional más representativo y justo.

En el marco de una reafirmación de la centralidad de la ONU (sustancialmente marginada por las potencias hegemónicas, incluidos los EE.UU. pero también Rusia), la Declaración expresa "preocupación por el uso de medidas coercitivas unilaterales, que son incompatibles con los principios de la Carta de la ONU y producen efectos negativos especialmente en los países en desarrollo. Reafirmamos nuestro compromiso de reforzar y mejorar la gobernanza mundial promoviendo un sistema internacional y multilateral más ágil, eficaz, eficiente, representativo, democrático y responsable". Obviamente, esta exigencia pasa por una mayor representación de los mercados emergentes y de los países en desarrollo. Además, la defensa de los derechos humanos, pero incluyendo también el Derecho al Desarrollo (introducido en la Declaración de 1948 por la entonces URSS[13]) y, sobre todo, "en un contexto no selectivo y no politizado", así como "de manera constructiva y sin dobles raseros".

Así, y éste es sin duda uno de los centros de la reivindicación: "Apoyamos una reforma integral de las Naciones Unidas, incluido el Consejo de Seguridad, con el objetivo de hacerla más democrática, representativa, eficaz y eficiente, y de aumentar la representación de los países en desarrollo entre los miembros del Consejo para que éste pueda responder adecuadamente a los desafíos globales imperantes y apoyar las aspiraciones legítimas de los países emergentes y en desarrollo de África, Asia y América Latina, incluidos Brasil, India y Sudáfrica, de desempeñar un papel más importante en los asuntos internacionales, en particular en las Naciones Unidas, incluido el Consejo de Seguridad."

De ahí el apoyo a un sistema comercial multilateral, abierto, transparente, justo, previsible e inclusivo, no discriminatorio, basado en la OMC y en el derecho al Trato Especial y Diferenciado (TED) para los países en desarrollo, y la reforma del sistema comercial con la eliminación de las sanciones unilaterales e ilegales (como las que practica ampliamente Estados Unidos contra sus enemigos pro tempore).

El punto 10 pide una reforma general de las instituciones de Bretton Woods (FMI y BM) para garantizar un mayor papel a los mercados emergentes y una redefinición de las cuotas de pertenencia al FMI (que ahora ven a EE.UU. muy sobrerrepresentado).

Además de mencionar las situaciones en Níger, Libia, Sudán y Yemen, la Declaración también aborda la cuestión palestina, pidiendo una "solución de dos Estados, que conduzca a la creación de un Estado de Palestina soberano, independiente y viable". Sobre la guerra en Ucrania[14], la Declaración, firmada también por Rusia, es necesariamente cauta: "Recordamos nuestras posiciones nacionales en relación con el conflicto en Ucrania y sus alrededores, expresadas en los foros apropiados, incluidos el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas. Tomamos nota con aprecio de las propuestas pertinentes de mediación y buenos oficios encaminadas a la resolución pacífica del conflicto mediante el diálogo y la diplomacia, incluida la Misión de Paz de Líderes Africanos y el camino hacia la paz propuesto".

Queda así planteado el reto de un mundo más grande y más justo, en el que se ponga fin al legado de la acumulación originaria a escala mundial a través de los genocidios y masacres del siglo XVI, el comercio de rapiña de los siglos XVII y XVIII, con la extensión progresiva de la economía esclavista, el colonialismo del siglo XIX y el imperialismo de principios del siglo XX, seguidos del neocolonialismo y el imperialismo duradero transformado en descolonización.

Esta es la memoria que mantiene unidos a los Brics y esta es la misión que se dan a sí mismos. Ni más ni menos.

Notas:

[1] - Es decir, la interrupción unilateral de la convertibilidad del dólar en oro definida en Bretton Woods y, por tanto, desde 1971, la posibilidad de ampliar el crédito y emitir poder adquisitivo de forma en principio ilimitada. Una práctica que desde entonces practican los Bancos Centrales de la red occidental, bajo la férrea dirección de la Reserva Federal. Evidentemente, se necesitaron entre diez y quince años para esa transición de un sistema de orden que ya no se sostenía. Esto también está en marcha desde 2008 (la "crisis de los espías"), quebró la banca en 2020, de lo cual 2022 es una consecuencia, pero continuará, acelerándose, mucho más allá de esta década durante la cual presumiblemente se empezará a ver la forma del esquema alternativo.

[2] - Bin Salman es el heredero del trono saudí y ministro de Asuntos Exteriores que está llevando al emirato en la dirección de romper con sus alianzas tradicionales y en la dirección de una libertad estratégica mucho mayor. Sus piedras angulares son el acercamiento a China, la negativa a condenar a Rusia, la apertura de relaciones con Irán y la ruptura del esquema del "petrodólar", negociado en secreto con Estados Unidos en los años setenta.

[3] - Etiopía tiene 116 millones de habitantes, pero sobre todo: desempeña un papel clave en la Unión Africana con sede en Adís Abeba; nunca ha sido una colonia europea, habiendo vencido tanto a italianos como a británicos en 1897 -Acuerdo de Rodda-; se cuenta entre los asentamientos más antiguos -unos tres millones de años- y es la sede de una civilización estatal autónoma que en algunas fases se extendió hasta la Península Arábiga, chocando con el Imperio Persa Sasánida y lindando con el Imperio Romano.

[4] - Acusación de la Corte Internacional de Justicia de La Haya por la deportación de niños de Ucrania, tribunal no reconocido por Estados Unidos, Rusia y China, pero sí por Sudáfrica.

[5] - Opec+ es la extensión de la organización (Opec) creada en los años 60 entre los principales países exportadores de petróleo del mundo en cuyo centro se encuentra Arabia Saudí (a su vez miembro de Oapec). Los países miembros controlan el 79% de las reservas de petróleo y el 35% de las de gas. Hay 14 miembros de la Opec (de los cuales 6 son miembros o aspirantes a miembros de los BRIC), los miembros de la Opec+ son 23 e incluyen a Rusia, México, Kazajstán, Azerbaiyán, Bahrein, Brunei, Malasia, Omán, Sudán y Sudán del Sur. De ellos, sólo Brunei, Malasia y Omán (ninguno de los principales productores mundiales) no forman parte de los BRIC, o aún no han solicitado su adhesión de alguna forma.

[6] - El verdadero motor para romper las vacilaciones y forzar las resistencias interesadas (de los grandes productores fósiles o de la industria tradicional) a la transición energética no es el cambio climático, aunque exista, sino la necesidad absoluta de depender menos de los suministros energéticos de la Opec+ y del mismo "amigo" americano. Para Europa es, literalmente, una cuestión de supervivencia. Quienes temen verse obligados a cambiar de coche o de caldera deberían preguntarse más bien qué hacer con el gasóleo a 5,00 euros y el gas a 150,00 euros/mc. O preguntarse qué industria europea permanecerá en tales condiciones.

[7] - Es decir, no tanto contra Occidente como tal, sino no dispuesta a ser gobernada por él.

[8] - No sólo por la entrada en el Norte de una potencia ordenada y de gran prestigio como Egipto, sino también por la presencia simbólica de Etiopía.

[9] - Sobre todo si, a los dos grandes países del Sur, Brasil y Argentina, se añade una gran potencia en la zona pero entrelazada de forma compleja, aunque históricamente conflictiva, con EEUU como es México.

[10] - Como, por ejemplo, Brics Pay (https://www.brics-pay.com/)

[11] - Véase, “Dal Grande Gioco triangolare alla polarizzazione. Circa la posizione diplomatica e strategica cinese”.  (https://tempofertile.blogspot.com/2022/04/dal-grande-gioco-triangolare-a...)
[12] -"XV cumbre BRICS: todos los puntos de la declaración final" https://press.russianews.it/press/xv-vertice-dei-brics-tutti-i-punti-del...

[13] - La Declaración de los Derechos Humanos de 1948 es, por supuesto, un hito en el proceso de formalización del concepto. Sus antecedentes son la Declaración de Independencia estadounidense de 1776 y la Declaración de Derechos Humanos francesa de 1789. Sin embargo, hay una diferencia importante entre ambos antecedentes. La Declaración Americana no es una declaración de derechos y el texto se dedica principalmente a justificar las razones de la independencia de la corona británica, y los argumentos sobre los derechos humanos sólo se incluyen como sombrero retórico introductorio y clave de una legitimación que pretende ser ajena a la lealtad al rey. Puede decirse que el famoso preámbulo de que todos los hombres son creados iguales, es decir, dotados de derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, sirve, en todas las Declaraciones de este periodo, para afirmar que los gobiernos se instituyen para garantizar estos derechos, y así se dirige a afirmar que el fundamento de la vida social no deriva del rey, no deriva de la tradición, sino que deriva de Dios, tal como se interpreta en el texto. Al llevar a cabo esta inversión del canon fundacional, se expresa con la mayor claridad un movimiento emancipador de valor primordial, que pasa a ocupar un lugar central. Pero el contenido y los fundamentos de los derechos inalienables, en los que se basa ese movimiento, se reducen al mismo tiempo al mínimo; no hay que olvidar que ni las mujeres ni, menos aún, los esclavos estaban incluidos entre todos los hombres. Al fin y al cabo, cuando diez años más tarde se aprueba la Constitución estadounidense, no hay en ella ninguna Declaración de Derechos. Éstas se añadieron más tarde, en 1789 y 91, también a raíz de la Revolución Francesa, en forma de enmiendas a la Constitución, y en ellas se habla de derechos civiles dentro de la nación americana. En cambio, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa de 1789 tiene una caracterización muy especial de los derechos humanos. Apela aquí a los derechos naturales inalienables y sagrados del hombre, es decir, a una dimensión universalista ahistórica; sin embargo, ya en el tercer artículo, la Declaración toma un giro históricamente determinado, eminentemente político, y la libertad individual queda limitada por leyes que son "expresión de la voluntad general", justificadas por tanto por el bien de la sociedad hacia el que se considera inadmisible la resistencia del ciudadano. Así, el protagonista de la Declaración de 1789 es la ley civil, definida por la nación, dentro de la cual el ciudadano encuentra su espacio de libertad. Toda la Declaración se dirige al ciudadano.

Ciento cincuenta años después, la Declaración de 1948 es diferente. Por primera vez se articula la idea de un "Derecho Natural" que pertenece individualmente a cada miembro de la especie humana. Es un intento de crear un cuerpo de derechos en el sentido común del derecho legal que, a diferencia de los códigos de leyes conocidos hasta la fecha, no depende de ningún organismo político. Está claro que uno de los impulsos decisivos para redactar este documento fue el deseo de encontrar una forma de condenar a los criminales nazis que no se remitiera a la legislación alemana. Además, atrocidades como el holocausto no habrían sido legales ni siquiera con la legislación racista del Tercer Reich, pero ante lo que se presentaba como el mal absoluto y habiendo ganado la guerra, surgió con fuerza, en ambos bandos vencedores, la necesidad de encontrar un punto de vista superior, ahistórico, que no concediera a la legislación nazi ningún fundamento de legitimidad. Desde esta perspectiva históricamente dada, la idea de los derechos humanos, con sus antecedentes históricos, encajaba perfectamente en esta función. Por supuesto, este requisito histórico se combinó con la tendencia y la cultura individualistas y antitradicionalistas estadounidenses. Pero pronto surgieron dificultades considerables en las fases preparatorias. Al enmarcar el texto desde un punto de vista ético y filosófico, por ejemplo, la Asociación Antropológica Americana formuló críticas muy severas a la posibilidad misma de concebir algo así como una "doctrina universal de los derechos humanos". Los antropólogos observaron que era impensable tomar como punto de partida para el análisis a un individuo desocializado. Cada individuo está siempre e inevitablemente determinado como parte de un grupo social, con una forma de vida sancionada en pautas de comportamiento. Desde esta perspectiva, una Declaración que pretendiera aplicarse a todos los seres humanos individuales, independientemente de sus afiliaciones culturales (y, por tanto, en efecto, independientemente de las particularidades del desarrollo de la cultura nazi en Alemania) corría el riesgo de ser implícitamente imperialista. Como argumentó la Asociación, "corría el riesgo de convertirse en una afirmación de derechos concebidos únicamente en términos de los valores que prevalecen en los países de Europa Occidental y América". En esencia, se corría el riesgo de repetir el movimiento de "la carga del hombre blanco" que había alimentado el colonialismo. Estas consideraciones razonables fueron sencillamente ignoradas.

De hecho, el proyecto no era descriptivo en absoluto, nadie pensaba que los "derechos humanos" fueran una sustancia dada, sino expresamente normativa, todo el mundo lo veía como una norma oportuna que establecer. En palabras de René Casin, "se basaba en un acto de fe en un mañana mejor". Es evidente que, a nivel lógico, la idea de que pueda existir algo así como un "derecho de la naturaleza" es un ejemplo flagrante de la falacia naturalista que convierte una supuesta naturalidad en una norma. En la naturaleza podemos encontrar hechos, pero los valores implican normas. No las implican "naturalmente" y sin el paso de la elección política y, por tanto, de la contingencia histórica.

En el Artículo tres de la Declaración encontramos escrito que "todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona". Todos podemos leer esto como una consideración compartida: ¿quién podría desear alguna vez que le arrebataran la vida o la libertad? Quién podría desear vivir en la inseguridad. Pero de estos valores razonables no se desprende ninguna norma. El hecho de que un individuo tenga derecho a la libertad significaría que su libertad nunca puede ser restringida. Pero es evidente que hay leyes, cárceles, castigos para los casos en que la libertad destruye la vida común y civilizada. La cuestión es siempre cuánta libertad y en qué condiciones. La cuestión es la que plantea la Constitución francesa. Pero si admitimos que la libertad en cuestión es la que permite el derecho positivo de los distintos Estados, entonces la Declaración está totalmente vacía. Si, por el contrario, no hacemos referencia a ningún registro real, no sabemos de qué estamos hablando. Además, en la misma frase se declara tanto el derecho a la libertad como el derecho a la seguridad. Así pues, se plantea la cuestión de cuánta seguridad y el conflicto entre la seguridad de uno y la libertad del otro (por ejemplo, obligarle a trabajar, hacer su vida insegura, por ejemplo, aumentando la "flexibilidad" y la "precariedad", reducir su poder de negociación).

La cuestión es siempre, en otras palabras, cómo limitar la libertad o cuánta libertad puede limitar la seguridad. Norberto Bobbio observó que los "derechos naturales" no son "derechos", sino a lo sumo "exigencias" que luego deben hacerse cumplir en sistemas normativos positivos. Esto es particularmente evidente en cuanto uno se acerca al grupo de "derechos humanos" con contenido social (artículos 22 a 27), aquí la situación es verdaderamente paradójica. De hecho, se trata de "derechos" que se incluyeron inicialmente bajo la presión de la Unión Soviética (que, en cualquier caso, se abstuvo en la votación final). Por regla general, cuando se levantan los escudos para denunciar las violaciones de los "derechos humanos", éstos son sistemáticamente ignorados, porque han sido violados ininterrumpidamente en todas partes desde 1948. El hecho es que para ellos todo individuo tiene el 'derecho humano' al trabajo, o a la 'protección contra el desempleo', o a 'una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana' (Art. 23). O tiene derecho a "vacaciones periódicas retribuidas" (art. 24). Evidentemente, se trata de un libro de sueños con innumerables violaciones incluso en los países más prósperos. Al contrario, es sistemáticamente violado, incumplido y destruido cuanto más se impone el liberalismo y su forma neoliberal pura.

[14] - Para lo cual me remito a "La guerra necessaria. Logiche della dipendenza" (https://tempofertile.blogspot.com/2022/11/la-guerra-necessaria-logiche-d...).

 

 
es arquitecto i doctor en planificación territorial. Mantiene un blog ("Nella fertilità cresce il tempo") sobre la actualidad, sobretodo la crisis financiera, económica y social, bastante seguido en el ámbito de la izquierda anticapitalista italiana. Ha escrito también un par de libros.
Fuente:
http://tempofertile.blogspot.com/2023/08/lallargamento-dei-brics-lalba-di-un.html

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