De cabaret con Toulouse-Lautrec. 150 años de su nacimiento


CAP - 2
Se cumplen hoy 150 años del nacimiento de Henri de Toulouse-Lautrec, uno de los pintores más geniales de todos los tiempos (no solo de la época postimpresionista). Pintor y cartelista de calidad incuestionable, su obra hace que nuestra imaginación se traslade inmediatamente al bullicioso París de finales del siglo XIX y sus cabarets de Montmartre, que con tanto acierto plasmó para siempre.
Toulouse-Lautrec en 1892.
Toulouse-Lautrec en 1892.
Nació en la localidad de Albi (región de de Mediodía-Pirineos, sureste de Francia) el 24 de noviembre de 1864 en el seno de una familia aristocrática que descendía de los condes de Tolosa. Tuvo una infancia feliz y creció con un gran amor por el deporte, pero como consecuencia de dos caídas que sufrió cuando era adolescente –en 1878 y 1879– se le atrofiaron los huesos de las piernas y estas se le quedaron cortas para siempre. Eso hizo que su estatura fuera de 1,52 metros. Toulouse-Lautrec tomó siempre su condición física con estoicismo y no la comentaba nunca si no era en broma. “Soy como una tetera, de patas cortas y pitorro largo”, decía. Por otra parte, sus problemas físicos le permitieron olvidar los estudios y dedicarse plenamente al dibujo. Y esa capacidad de reírse de sí mismo contribuyó sin duda a que mujeres tan hermosas como Suzzane Valadon se sintieran atraídas por él. No era el hombre amargado que tantas veces se supone.
Moulin rouge - La Goulue (1891)
“Moulin Rouge: La Goule” (1891), litografía.
Marchó a París en 1881 y entró en el taller de Léon-Joseph Bonnat –pintor francés de la corriente del realismo pictórico– un año después. Sus primeras obras fueron de tema militar e hípico. En 1885, al cumplir 21 años, recibió una asignación monetaria y estableció su propio estudio en Montmartre, donde llevó una vida bohemia sin necesidades económicas dada su fortuna personal. En 1886 conoció a Van Gogh en la escuela de Cormon y entró en contacto con los pintores impresionistas y postimpresionistas.
En Montmartre frecuentó sus cafés, cabarets, Music-halls, teatros, prostíbulos…, y a partir de 1888 empezó a pintar escenas de todos aquellos lugares. Muchas de estas obras las pintó sobre tela o sobre cartón, con colores disueltos en esencia, logrando así una gran espontaneidad en el trazo, mediante el cual quería expresar el movimiento, una de sus grandes preocupaciones. En 1891 realizó su primer cartel para el Moulin Rouge, representando a La Goulue, Louise Weber, conocida –como La Goulue por su glotonería– y Jacques Renaudin –un comerciante de vinos durante el día que era bailarín por las noches– apodado Valentin le Désossé (el deshuesado), por su agilidad. El cartel tuvo una excelente acogida tanto por parte del público como por la de la crítica y dio una gran popularidad a Toulouse-Lautrec.
Desde entonces, bajo la influencia de la estampa japonesa, se consagró a la litografía en colores, que le permitió desarrollar su estilo sintético y el arabesco lineal. Hizo numerosísimos carteles para la mayoría de los cabarets parisinos. Cultivó también el pastel y la ilustración para revistas humorísticas.
A pesar de su estilo de vida notoriamente disipado era un dibujante muy consciente y siempre llegaba a la hora al taller –incluso después de pasar toda la noche bebiendo– para supervisar la impresión de sus litografías. La obra de Lautrec, con sus fascinadoras y atrevidas formas, ejerció una influencia realmente decisiva para que tanto las litografías como los carteles llegaran a alcanzar el reconocimiento de categoría de arte.
El alcoholismo y la vida disoluta que llevaba –padecía de sífilis– le provocaron una crisis en 1899 de la que ya no se recuperó, falleciendo en el castillo de Malromé (comuna de Saint-André-du-Bois), propiedad de su madre, el 9 de setiembre de 1901, a los 36 años.
Hecho este esbozo biográfico, vayamos con la entrada propiamente dicha, es decir, vayamos con él de cabaret. Me explico: hemos seleccionado 15 obras suyas –incluyendo el cartel que acaban de ver–, de los cabarets que visitaba y que tan magníficamente representó para, a través suyo, mostrar el ambiente de aquel Montmartre de la Belle Époque. A ello hemos añadido una serie de vídeos con algunas de las canciones compuestas entre 1885 (cuando se fue a vivir a Montmartre) y 1901, año en que falleció, canciones que posiblemente escucharía y que, en consecuencia, siempre que nos ha sido posible, hemos elegido la versión más cercana a la época o la más fiel, en función del año en que Lautrec creó cada una de las obras que aquí figuran. Prima, pues, el documento histórico.
“En el Moulin de la Galette” (1889)
“En el Moulin de la Galette” (1889)
Comenzamos con “En el Moulin de la Galette”, un óleo sobre tela que pintó en 1889. Este antiguo molino de viento se transformó a mediados del siglo XIX en una especie de merendero de ambiente popular, pero de noche era otra cosa: en su interior había una gran pista de baile rodeada por una balaustrada de madera con un banco corrido en el que se sentaban las muchachas a la espera de ser invitadas a bailar. Detrás había mesas con asientos y al fondo se situaba la orquesta, concluyendo el baile con la actuación de una “cuadrilla” de bailarinas. Es aquí donde conoció a la que luego sería su modelo preferida, La Golue, y a Valentin le Désossé. El lugar no era precisamente recomendable y la policía vigilaba para que no se produjeran las clásicas peleas a navajazos, pero no faltaba la clientela dada al flirteo fácil o la prostitución encubierta.
“En el Moulin Rouge: el baile” (1890)
“En el Moulin Rouge: el baile” (1890)
Justo el año en que Lautrec pintó esta obra abría sus puertas el Moulin Rouge, que combinaba la diversión y el frenesí tan característicos de los cabarets de la época con el refinamiento y el lujo. En otro óleo, Lautrec plasmó perfectamente su ambiente en 1890: “En el Moulin Rouge: el baile”. Veamos cómo recrearon, muy fidedignamente,  el cabaret y su época dos grandes directores de cine: John Huston y Jean Renoir en sus respectivas películas de 1952 Moulin Rouge –con un inmenso José Ferrer en el papel de Toulouse-Lautrec– y 1955 French Cancan.
“Aristide Bruant en su cabaret” (1892)
“Aristide Bruant en su cabaret” (1892)
Una de las litografías más conocidas Toulouse-Lautrec es “Aristide Bruant en su cabaret” (1892). El cartel lo realizó con motivo de la actuación de Bruant en el Ambassadeurs, el mejor café-concert al aire libre de París, situado en los Campos Elíseos. Bruant, uno de los personajes más emblemáticos de la noche de Montmartre, empezó cantando en Le Chat Noir sus propios temas, en los que hablaba de las angustias y desdichas de obreros y marginados utilizando el lenguaje de la calle.
Alcanzó una enorme popularidad y llegó a abrir su propio cabaret en 1881: el Mirliton. La que sigue es una actuación de la compañía Cabaret Aristide Bruant, que recrea el ambiente del Mirliton, en el Palais Mascotte de Ginebra (2009). La canción que interpretan –de Bruant, por supuesto– lleva por título Les canuts, como se conoce a los tejedores de seda (canuts) de Lion que protagonizaron diversas revueltas de entre 1831 y 1849.
Izquierda: “La Goulue y Môme Fromage en el Moulin Rouge” (1892), litografía. Derecha: “La Goulue en el Moulin Rouge” (1892), óleo sobre cartón.
Izquierda: “La Goulue y Môme Fromage en el Moulin Rouge” (1892), litografía. Derecha: “La Goulue en el Moulin Rouge” (1892), óleo sobre cartón.
La Goulue se convirtió en una de las  grandes estrellas del Moulin Rouge y, como decíamos antes, pasó a ser una de las modelos preferidas de Lautrec. En 1892, este empezó una serie de litografías –en edición limitada de cien ejemplares que vendía a veinte francos cada uno– en muchas de las cuales La Golue era la protagonista. Es el caso de las dos que figuran arriba, en las que vemos a la bailarina con Môme Fromage (izquierda), otra bailarina famosa a la que llamaban la “hermana de La Goulue” por la relación lésbica que las unía. También en la litografía de la derecha aparece esta (izquierda) con Nini Patte en L’Air, llamada así por la facilidad con que levantaba las piernas bailando el cancán. A La Golue (La Glotona) está dedicado este vídeo que recoge fotografías suyas y finaliza con una breve secuencia de un corto de 1928, un año antes de su muerte, cuando vivía en una vieja caravana en Montmartre y se dedicaba a vender cigarrillos y cacahuetes cerca del Moulin Rouge. La música es el famoso cancán (galop infernal) de Orfeo en los infiernos, de Jacques Offenbach, seguido de la Gnossienne número 5 (1889), de Erik Satie.
Izquierda: “Yvette Guilbert” (1894) cuando actuaba en el Divan, óleo sobre cartón. Derecha: “Jane Avril en el Jardin de Paris” (1893), litografía.
Izquierda: “Yvette Guilbert” (1894) cuando actuaba en el Divan, óleo sobre cartón. Derecha: “Jane Avril en el Jardin de Paris” (1893), litografía.
Vamos ahora al Divan Japonais, café-concert que desde 1883 frecuentaba la bohemia parisina. La moda por lo exótico, y concretamente por lo oriental, estaba perfectamente representada en el Divan. Su interior lucía farolillos y pinturas sobre seda con muebles de bambú y de madera esmaltada de rojo y negro, los camareros iban disfrazados de mousmés. La alegría, la diversión, se reflejaba en los animados rostros de los presentes, predispuestos a disfrutar y satisfacer con voluptuosidad los placeres de los sentidos, los de la vista y el oído, de los del gusto se encargaban los mousmés, en constante ajetreo, con las bandejas llenas de copas y vasos y botellas de ajenjo, cerveza, vino, coñac, champagne… Yvette Guilbert, actriz y cantante de cabaret parisina de las más famosas de la Belle Époque, se presentó en el Divan en 1891. Suya es la música de Madame Arthur, canción que compuso en 1892 sobre un poema de Paul de Kock de mediados del siglo XIX. El vídeo nos ofrece diversas imágenes de la actriz, cantante y ocasional compositora.
También el Divan fue el trampolín que lanzó a la fama a Jane Avril, bailarina de cancán del Moulin Rouge que en 1893 debutó en el café concierto Jardin de Paris como cantante. Para la ocasión se encargó un cartel a Lautrec debido al éxito obtenido con el de Bruant el año anterior. Se hizo una tirada de 3.000 ejemplares que decoraron las calles parisinas, siendo la obra muy alabada por la crítica. Zsuzsi Soboslay es la artista que hace esta perfecta imitación de Avril y sus movimientos en el siguiente vídeo. Lástima la mala calidad de la imagen.
“Caudieux” (1893), litografía.
“Caudieux” (1893), litografía.
Otro referente de la época fue el cantante cómico Caudieux (Ferdinand Célestin Caudieux) –habitual de los cabarets Eldorado, Ambassadeurs y Petit Casino–, quien alcanzó su punto culminante en 1893, momento en el que fue retratado por Toulouse-Lautrec para publicitar su actuación en el Petit Casino. El centro de atención de la obra, en la que Caudieux se nos muestra  rebosante de energía, algo muy habitual en él, lo encontramos una vez más en el rostro del personaje, rebosante de energía y vitalidad.
Escuchamos a Caudieux, también conocido como el Hombre-cañón, en una grabación de 1909 interpretando uno de sus grandes éxitos: La Marche des 13 jours.
Guilbert-Abril 2
La admiración que Toulouse-Lautrec sentía por Yvette Guilbert y Jane Avril se plasmó en varias obras más. De la primera, llegó a hacer dos álbumes de litografías en 1894 para cuya portada eligió los famosos guantes de la diva, su elemento identificativo por excelencia.  Jane Avril le encargó este cartel para la actuación de la Troupe de Mademoiselle Églantine en Londres. Al no disponer de mucho tiempo, utilizó como base una foto de las bailarinas y modificó a su buena amiga, que aparece al final. El vídeo que sigue pertenece al espectáculo Toulouse Women/Moulin Rage (2008), improvisado en base a diversas canciones populares de finales del siglo XIX, en el que la multifacética artista Phoebe Legere y el drag-queen Ethel Eichelberger encarnan respectivamente a Yvette Guilbert y Jane Avril. Excepto la canción del principio, el resto es en inglés.
 T-L comp. 3
Cuando La Golue tuvo que abandonar el Moulin Rouge en 1895 por problemas de sobrepeso abrió una caseta en la Foire de Trône, donde actuaba con su compañero Valentin le Désossé. Fue entonces cuando Lautrec pintó el óleo “La Goulue y Valentin le Desossé”. Del mismo año es “La payaso Cha-U-Kao en el Moulin Rouge” –también un óleo sobre lienzo– y de 1896 este dibujo realizado con tinta china de Chocolat, un payaso procedente de Bilbao que actuaba siempre en compañía del inglés George Footit. Ambos llevaron a cabo una exitosa gira europea presentándose en París en Nouveau Cirque.
Por aquellos años, Toulouse-Lautrec comenzó a frecuentar aquellos bares que permanecían abiertos toda la noche debido a su elevado grado de alcoholismo. Aquejado también de sífilis, fallecía en 1901. Aunque no sea un vídeo musical finalizamos la entrada con la secuencia final del filme de John Huston, Moulin Rouge, en la que este refleja sus últimos momentos.

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