El Hinduismo más que religión, una filosofía de vida


El arte de la India está influenciado en gran parte por las religiones de este país, que contiene las doctrinas religiosas más antiguas y variadas del mundo, con más de 20 cultos y decenas de deidades. Es por eso que las expresiones artísticas son un reflejo de esta multiculturalidad cotidiana en gran parte de Oriente.

En sus inicios las primeras manifestaciones artísticas son plasmadas en sellos grabados, escultura en la piedra, templos y cerámicas, donde se retratan las principales figuras religiosas a las que se rinde culto, como Visnu, Ganesh, Krishna, Shiva, el señor Brahma, entre otros



Relieve de esculturas eróticas del Templo de Surya de Konaraca, que posee una significación ritual y mística.


El objetivo del trabajo artístico hindú no se relaciona solamente con obtener excelentes resultados estéticos, si no, lograr que el objeto realizado genere una contemplación religiosa, es por esto, que el significado simbólico que alcanzan las expresiones indias en el arte son mucho más importantes que el sentido técnico que se le puede dar una obra, fin que está ligado a la admiración de los devotos a la figura en cuestión.
 Una teoría de la belleza que se diferencia mucho de la concepción occidental, respecto a la religiosidad, que tiene por fin, entre otras cosas, transmitir las distintas expresiones de culto a las futuras generaciones.
Es necesario destacar la integración que se hace de la naturaleza como representación de la vida, tomando en cuenta los elementos naturales que nos rodean como ríos, montañas, el cielo, las flores y árboles, que para los hindús son parte de este carácter sagrado que está directamente ligado con la convivencia de la naturaleza.
Por otro lado las pinturas de los dioses son parte de una técnica que se ha desarrollado con mayor precisión en la época contemporánea, debido a las múltiples expresiones artísticas existentes.  La mayor parte en Occidente, por parte de artistas que han adoptado la religión o se interesan por la cultura de esta región.

Como referencia

En las Vedas, cuatro de los textos más antiguos de la literatura India, que integra las doctrinas que contiene el Hinduismo, se ilustran la mayor parte de los pasajes religiosos de esta cultura. Descripciones gráficas como el descenso de los cielos de Ganesh sobre su águila o la conocida historia de los escritos del libro  Bhagavata-purana donde se muestra a  Krishna y sus devotas gopis.

Es, por lo menos, interesante, hacer la referencia al enorme contraste que existe entre los escritos del Hinduismo, que contiene alrededor de 10 doctrinas diferentes y la biblia, donde está expresamente prohibido ilustrar los pasajes que los apóstoles aseguran fueron encarnados por Jesús. Esta aclaración da cuenta, no sólo de una diferencia cultural entre una religión y otra, si no, en la cercanía que desde la época de las primeras canciones tuvo el Hinduismo con el arte y la necesidad de que sus expresiones reflejaran la vida de sus dioses.


                                          Danza rāsa de Sri Krishna de las gopis (pastoras)















Objeto de deseo
Durante las últimas décadas, la cultura hindú se ha expandido con mayor notoriedad en las zonas occidentales, llegando finalmente a América del Sur, donde corrientes socioculturales como estas llaman notablemente la atención, como muchas de las doctrinas religiosas orientales que son admirablemente tradicionalistas y llevan su culto a una forma de vida integral, donde la relación del cuerpo, el espíritu y la naturaleza están directamente conectados, hecho que se diferencia bastante del culto cristiano-católico que predomina en esta parte del mundo, donde la fe sólo se dimensiona en obligaciones –en su mayoría-.

El hinduismo se presenta en Occidente como una doctrina que concibe la religiosidad como una transversalidad al estilo de vida. Quizás esta es una de las razones por las que existen tantos adeptos que a diario se van sumando a la admiración por esta religión y sus expresiones, que no se centran solamente en el culto, por medio del rezo y la entonación de los mantras o canciones sagradas. Las formas de practicar el culto hindú van desde la meditación a través del yoga y sus distintas variedades, la cocina, como el arte culinario de los Hare Krishna que asocian diversos simbolismos y significancias al cocinar, como revolver la comida en dirección al sol, entonar los mantras o rezar, destinando el resultado de esta comida como una ofrenda para el Dios pastor Krishna. La práctica del placer, no sólo sexual, que está incluido en el Kamasutra; texto que lejos de centrarse en las posturas sexuales más efectivas para lograr una mayor dimensión del goce, se enfoca en la belleza de la sexualidad y la preservación que era practicada por sus dioses con genuina gracia y devoción al igual que todas las otras formas de culto ligadas a esta doctrina religiosa.

Estas prácticas de la fe, ligadas tan directamente a la espiritualidad del ser humano y la relación de éstos con la naturaleza y todos los seres vivos que ésta integra, incluso la devoción a los animales que para nosotros son fuente de vida y sobrevivencia, han hecho de la cultura hindú un objeto de deseo para los decepcionados occidentales que ven como su cultura se diferencia muchísimo a la oriental.


Arte desde la perspectiva Occidental

Muchos son los artistas que admirados por esta cultura dedican gran parte de su trabajo al Hinduismo, ese es el caso del estudiante de cuarto año de Pedagogía en Artes, en la Universidad de Playa Ancha, Diego Farfán, oriundo de San Felipe, quien señala haberse sentido interesado por las expresiones culturales de la India luego de que una comunidad Hare Krisha se estableciera cerca de su casa, así vivió desde dentro la experiencia de darle culto a los dioses indios, hace más de 7 años que es parte de esta comunidad, quienes, según el mismo estudiante de artes relata, lo acogieron amablemente y abiertos a enseñar su fe  a quien estuviese interesado.

Luego de entrar a la universidad, en su calidad de artista, no se había percatado  de usar las habilidades que aprendió de los Hare Krishna, hasta que un día por cosas del destino decidió pintar una representación de Ganesh para un trabajo que debía presentar. La experiencia fue tan gratificante y fructífera para Diego, que decidió en adelante realizar la mayoría de sus trabajos con estas representaciones de dioses hindús, creando una marca dentro de su clase.



Primera pintura que realizó Diego Farfán en el Taller de Arte (2010) Representación de Ganesh sobre una flor de loto

















A raíz de la gran calidad que tuvo su trabajo el artista no tardó en hacerse conocido en Valparaíso y los pedidos no se hicieron esperar “nunca he visto la realización de mis pinturas para fines económicos, pero sé que las personas que me han contactado tienen una conexión real con el culto hindú” relata el estudiante. La pintura estamos viendo, en la actualidad forma parte del centro de Yoga Casa Lotus, ubicado en Valparaíso.
Posteriormente recibió pedidos de cuadros de varios dioses, destacándose, Shiva, Hánuman (Dios mono) y una representación artística de unos de los pasajes de la Alegoría de Shiva





Pintura de óleo sobre tela: Hánuman  (el Dios mono)




Dios Shiva
















Es por esto, que Diego se declara como uno más de los que ha sido favorablemente atraído por esta cultura y le rinde tributo a través de sus pinturas, que han tenido éxito gracias al gran auge que ha tenido el Hinduismo en Occidente y más particularmente en nuestra ciudad, donde han llegado una gran cantidad de cultos diferentes destacándose los Hare Krishna, quienes se han abierto al público estableciendo templos de meditación donde se mezcla el culto con la conexión del cuerpo y el alma, por medio del yoga.
Por otro lado, en Valparaíso, el Centro Vaisnava ofrece a los porteños el restaurant de comida Hare Krishna Govinda’s donde se puede disfrutar no sólo del arte culinario de esta doctrina, también, mientras estas comiendo escuchas los mantras que los cocineros entonan mientras realizan su labor.

Es así como la cultura Hindú llega a Occidente como una alternativa -sin querer serlo en un primer momento- para muchos habitantes de nuestra cultura, siendo el arte una más de las expresiones que integran el encanto de un culto integral. 

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