Texto: Ercilia M. Perriere
Viridiana es una película de 1961 dirigida por el virtuoso y surrealista autor español Luis Buñuel. Llamar a Buñuel simplemente un cineasta no sólo sería un eufemismo, sino también una observación injusta. Buñuel fue un pionero en todo el sentido de la palabra y sus obras vanguardistas fueron muy influyentes y estimulantes. Es considerado el padre del surrealismo en el cine y su predilección por lo morboso y lo oscuro le ha otorgado la etiqueta de “fetichista”. El debut como director de Buñuel, “El perro andaluz (1929), una obra prototípica en el surrealismo, es un vivo ejemplo de la visión de Buñuel y el genio imaginativo como cineasta.
En 1960, Franco invitó regresar a Luis Buñuel a su España natal, tras su largo exilio en Méjico, para producir una película completamente a su gusto. Y así lo hizo, desfogándose contra el dictador, sus compañeros de cama políticos y la Iglesia católica. Tal fue el impacto de Viridiana en la Iglesia Católica Romana que el periódico oficial del Vaticano publicó un artículo llamando a Viridiana un insulto al catolicismo y el cristianismo. La película fue prohibida en España y todas sus copias fueron destruidas por orden de Francisco Franco. Más de 50 años después del estreno de Viridiana aún sigue sucistando controversias.
No es de extrañar que Viridiana ganara la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes en 1961.
Viridiana (Silvia Pinal) está a punto de tomar los hábitos en un convento cuando su tío, Don Jaime (Fernando Rey), su único pariente sobreviviente, le pide que lo visite. Viridiana no había visto a su tío desde que era una niña, pero es presionada por la madre superiora para visitarlo por unos días.
Don Jaime, obsesionado con su difunta esposa, se queda paralizado al ver el parecido de su sobrina con ella, sintiéndose atraído inmediatamente por sus encantos femeninos. Él es alimentado en su obsesión por su criada fiel, Ramona (Margarita Lozano). Viridiana rápidamente se da cuenta de que las cosas en la finca no son del todo como deberían ser, y hace todo lo posible para volver a la seguridad del convento. Sin embargo, tanto Don Jaime y Ramona, a través de una combinación cambiante de amenazas, persuasión suave, chantaje emocional y estratagemas perversas, actúan para mantenerla en la casa. Pero finalmente Don Jaime, al ver truncadas sus intenciones de mantener relaciones sexuales con la joven novicia, se suicida.
Este hecho provoca un sentimiento de culpa en Viridiana, que abandona su ordenación religiosa para dedicar su tiempo a la caridad cristiana, decidiendo abrir las puertas a los mendigos locales del patrimonio inmobiliario heredado de Don Jaime. Los mendigos no pueden creer su suerte y hacen todo lo posible para aprovechar esta oportunidad única. Finalmente la piedad de Viridiana se verá desafiada por la llegada a la finca de su primo Jorge (Francisco Rabal), hijo natural de Don Jaime.
Viridiana es una fábula sobre una mujer que descubre lo difícil que es cambiar el mundo a su alrededor. En este filme, Buñuel pone en duda tanto el valor de las creencias espirituales y de la pureza de las motivaciones del personaje central. Pero, él no habla de Dios, sino de la manera en que Dios se adora.
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