La Ignota Lingua de Hildegarda de Bingen: una sinfonía para renombrar el universo (2)

  


La Ignota Lingua: características

La lista de palabras está dividida por mayúsculas en seis secciones en el manuscrito de Wiesbaden, y en dieciséis en el de Berlín. Los términos están ordenados de manera jerárquica dentro de cada grupo y subgrupo: desde Dios y quien está más cerca de él, como el Papa, hasta finalizar con el grillo. Incluso los alimentos son superiores si como los pájaros están más cerca del cielo, e inferiores si como las legumbres están al nivel de la tierra. El hombre como ser humano es superior al hombre como masculino, que a su vez es superior a lo femenino en todos los órdenes. La lista contiene únicamente sustantivos, e incluye términos sagrados, parentescos, partes del cuerpo, enfermedades, oficios, utensilios, plantas, animales y un largo etcétera de los géneros más variados.



Los términos se acompañan de glosas latinas y alemanas (en ocasiones ambas, en otras sólo una de las dos), más numerosas en el manuscrito de Berlín, especialmente las alemanas. En el Riesenkodex parece que las palabras en Ignota Lingua han sido copiadas primero, apenas dejando sitio para sus traducciones latinas, escritas en letra más pequeña. Las traducciones en alto alemán medio, que sólo aparecen en 291 palabras, se añadieron también después, aunque por la misma mano. En la sección de árboles, las glosas latinas están en orden alfabético, lo que sugiere el uso de un listado previo.


Riesenkodex

El códice R contiene 1011 palabras, mientras que el B sólo añade una más (Magriz). Si se le añaden las 4 palabras que sólo aparecen en la antífona, da un total 1016, aunque 2 están repetidas. También aparecen 10 palabras idénticas pero con distinto significado, y 4 muy parecidas que pueden deberse a errores de transcripción.


Muchas palabras se forman por prefijos y sufijos añadidos a un radical (buz: árbol; zaimza-buz: membrillo), pero no se trata de un sistema; a menudo, la afinidad sonora es más importante. Es evidente una omnipresencia de la letra z, que da a las palabras una apariencia exótica. La mayoría de estudios lingüísticos sobre el vocabulario de Hildegarda tratan de encontrar paralelismos con el latín y el alemán, las lenguas que la abadesa conocía (así como aportaciones del hebreo y el griego provenientes de la Biblia). Algunos destacan su musicalidad y la forma juguetona en que empareja términos y conceptos según su sonoridad; otros lo encuentran repetitivo y monótono, como una recitación que varía lentamente.



En todo caso, los estudiosos coinciden en considerar que los listados recogen una pequeña parte del vocabulario creado por Hildegarda, o que, simplemente, la obra aspiraba a ser mucho mayor, pero quedó sin acabar. Faltan muchos elementos: entre los animales no aparecen mamíferos, ni bestias salvajes, ni peces. Otras ausencias pueden ser intencionadas, pero en algunos casos, las lagunas son evidentes.


La antífona O Orzchis Ecclesia

En cuanto a la antífona, que recordemos que se trata del único uso práctico del vocabulario de Hildegarda, el texto dice:


orzchis Ecclesia,

armis divinis precincta

et iacincto ornata,

tu es caldemia

stigmatum loifolum

et urbs scientiarum.

O, o, tu es etiam crizanta

in alto sono,

et es chorzta gemma.


Ecclesia, inconmensurable,

ceñida de armadura divina

y con jacinto ornada,

eres la fragancia

de las heridas de naciones

y la ciudad de las ciencias.

Oh, estás también ungida

en el sonido en lo alto,

y eres gema coruscante.


Las palabras en Ignota Lingua se glosan como:

orzchis (inmensa)

caldemia (aroma)

crizanta (uncta, bendita, ungida)

chorzta (choruscans, titilante)



Ninguna de estas palabras aparece en los listados, y la única que sí aparece es loifolum (populorum, pueblo), aunque allí aparece como loiffol. Si es un complemento de stigmatum, puede funcionar como un genitivo plural de 3ª declinación de latín acabado en -um. Orzchis y chorzta funcionan como adjetivos: chorzta, muy parecida a su posible origen, la latina choruscans, parece ser un superlativo alemán. Y crizanta funciona como participio pasado: llama la atención su parecido con crizia, que en el listado se traduce por iglesia.

 

Toda la música de Hildegarda ha sido grabada en época moderna, y se puede encontrar online. Aquí se puede escuchar la antífona, que ya sonaba extraña incluso a oídos medievales por su complejidad.


A pesar de ser el único caso práctico que se puede hallar de Ignota Lingua, se pueden extraer varias ideas de esta antífona. Una sería el hecho de que el idioma de Hildegarda no tiene una autonomía, sino que sus sustantivos están pensados para ser utilizados dentro de un texto en latín. También podría suceder que las palabras puedan declinarse o convertirse en verbos, igual que lo hacen en adjetivos; por lo tanto, la lista de sustantivos sólo es un índice básico a partir del cual se pueden extraer más posibilidades. Otra idea es que, dado que la antífona aparece ya en el códice Zwiefalten, considerado uno de los más antiguos, podría ser ésta la primera muestra de Ignota Lingua, quizá a partir de la cual Hildegarda concibió la idea de ampliar el vocabulario a otros campos semánticos.


Las ignotae litterae

En la mayoría de las menciones sobre la Ignota Lingua en diferentes fuentes, siempre se la menciona asociada a las ignotae litterae, a pesar de que no están relacionadas con ella. Son, evidentemente, dos creaciones alrededor de la lengua y la escritura, pero no puede compararse la interminable lista de palabras con esta sencilla y fantasiosa recreación de 23 letras del alfabeto, que en ningún caso se usaron para transcribir la Ignota Lingua. En el Riesenkodex, el alfabeto se completa con la transcripción de las palabras latinas et y est.



Las ignotae litterae fueron utilizadas al final de una epístola, datada hacia 1153-54, que se halla transcrita en el códice S, folio 75v. A modo de indicación de los destinatarios de la carta, dice: hildigardis xuivild [=Zwifeldensibus] monachis, es decir, “de Hildegarda a los monjes de Zwiefalten”. Algunas de las letras aparecen alteradas respecto a los alfabetos de los otros códices. Si se sigue la secuencia temporal, estas cartas fueron transcritas muy pronto, quizá en vida de la abadesa. Los destinatarios no son mencionados en la carta, que por otra parte es bastante crítica, por lo que sólo quien conociera el código podría saber quiénes eran. Años después de su desaparición, la clave del alfabeto apareció en los otros códices, por lo que entonces se hizo posible su lectura. El motivo podría ser un cierto reparo a identificar directamente el objeto de sus críticas, pero sin hacerlo desaparecer del todo.



 No se sabe más de la difusión o el uso de este alfabeto. Pudo ser usado en el monasterio de Hildegarda para encriptar algún texto, no en Ignota Lingua sino en latín, pero no es demasiado sofisticado como para usarse en mensajes secretos. Quizá su valor, como en estos ejemplos, era más simbólico y estético que realmente críptico.


El Alfabeto de Aethicus Ister

A propósito de la creación del alfabetos, existe un ejemplo muy significativo en relación a la ignota lingua y las ignotae litterae: se trata del alfabeto que Aethicus Ister, autor del siglo VIII, incluyó una obra suya titulada Cosmographia. Se trata de una lista de caracteres imaginarios que supuestamente sustituyen a las letras del alfabeto (que no aparecen) acompañados de su supuesta designación (a: alamon, b: becah...). Este alfabeto fue muy popular a lo largo de la Edad Media. Rabano Mauro lo incluyó en su obra De inventione linguarum, y parece ser que Hildegarda conocía tanto a Aethicus como a Mauro, por lo que no es imposible que lo tuviera presente. Es una idea interesante, porque el alfabeto de Aethicus puede sugerir tanto la idea de un alfabeto inventado, como la de la creación de nuevas palabras de sonido extraño y misterioso.



En todo caso, hasta aquí se han dado los principales datos conocidos sobre la Ignota Lingua, pero tratándola como una creación de Hildegarda, sin que se pueda explicar la razón por la que una monja visionaria del siglo XII tuviera interés en la invención de lenguas. Si la lengua estaba relacionada con sus visiones, podría considerarse como glosolalia, un fenómeno que debemos analizar.

La Ignota Lingua de Hildegarda de Bingen: una sinfonía para renombrar el universo (1)



http://lamanoblancadelaluna.blogspot.com/2021/

Publicar un comentario

0 Comentarios