El amor por la muerte en la cultura germana: el alma trágica del imaginario alemán

 

 Guzmán Urrero

El amor por la muerte en la cultura germana (El Desvelo Ediciones)no es solo un libro sobre literatura e historia. Más bien, Toni Montesinos ha escrito una necropsia intelectual —disculpen la metáfora, aunque resulta inevitable— que abre en canal a una cultura entera, la alemana, para estudiar cómo, a lo largo del tiempo, ha convertido la muerte en musa, símbolo y espejo. Un espejo oscuro, sí, pero también revelador.

Hay culturas que bailan con la Negra Señora y otras que la persiguen como si fuera una deidad poderosa y cruel. Alemania —con su paisaje de filósofos abismales, compositores de réquiems, poetas suicidas y pintores del ocaso— no solo la ha perseguido: la ha deseado e incluso la ha amado con una intensidad que inquieta y fascina. La muerte no ha sido solo el final de algo: ha sido, una y otra vez, el principio de casi todo.

Es esta pulsión la que Toni Montesinos desentraña en su excelente ensayo, donde no se limita a revisar novelas donde el protagonista se pega un tiro por amor. Lo que hace es mucho más notable: rastrea cómo la tradición germana ha convertido la muerte en un pilar de su identidad. Como si detrás de cada compás de Wagner o de cada fotograma de El gabinete del doctor Caligari brotara esa misma sombra que acogió a Walter Benjamin la última noche de su vida, en la frontera de Portbou, cuando una dosis de morfina le permitió morir antes de dejarse capturar por la Gestapo.

Una patria para la muerte

Alemania encuentra en Werther a su Adán melancólico. En 1774, cuando Goethe publicó esa novela, también inauguró una moda macabra: jóvenes que, al no poder amar como Werther, se mataban como Werther. Imitaban no solo el acto, sino su belleza y su desesperación.

La de Goethe es una piedra angular de una sensibilidad nacional que asocia lo bello con lo trágico, y lo trágico con lo inevitable. Desde ese gesto fundacional, la muerte dejó de ser un tabú para convertirse en leitmotiv de la literatura, el pensamiento y el arte.

El suicidio, visto así, no era ya una derrota; era una elección estética, un acto final que coronaba una vida llevada al límite.

La belleza romántica de la muerte, cultivada por músicos y poetas, encuentra su apoteosis visual en Caspar David Friedrich. Recordemos a ese caminante solitario sobre un mar de nubes no contempla la naturaleza, sino el más allá. Es el retrato de un alma enfrentada a lo que Heidegger llamaría el «ser para la muerte»: ese conocimiento radical de que vivir implica la conciencia constante de la propia desaparición.

La existencia, para el pensamiento alemán, no es plenitud: es angustia con fondo metafísico.

Arte y trascendencia

Montesinos no se detiene en el romanticismo: lleva el tema hasta el siglo XX. Y es entonces, entre el final del Imperio Austrohúngaro y los campos de exterminio, cuando las letras alemanas abordan con mayor hondura esta materia.

Thomas Mann transforma la pasión en decadencia y la muerte en un réquiem histórico. Hesse, por la misma época, hace del morir una transición del alma, una migración interior. Y Zweig mira de frente a lo inevitable y medita sobre ello con una lucidez resignada, casi estoica. Como si escribir fuera una forma de duelo anticipado.

En compañía de titanes como KafkaFreudRoth o JüngerMontesinos llega a una de las encrucijadas más sugerentes del libro: la continuidad entre la metafísica y el arte, entre la filosofía y el gesto artístico. Así, pensadores como Heidegger y Kierkegaard nos permiten comprender por qué tantos germanos —reales o ficticios— se lanzan desde acantilados literarios con la esperanza de volverse eternos.

El preámbulo del abismo

Cuando Richard Wagner estrenó Rienzi, pocos imaginaron que esa ópera, con su exaltación del mesianismo heroico, acabaría seduciendo a un joven frustrado llamado Adolf HitlerMontesinos no se queda en la anécdota. Profundiza en cómo el romanticismo alemán, con su culto al héroe trágico, abrió sin saberlo las puertas del infierno. La idea del sacrificio sublime, cuando se politiza, se convierte en delirio genocida.

El ya mencionado suicidio de Benjamin, con su maletín lleno de manuscritos que jamás llegaron a destino, condensa la tragedia de toda una generación de intelectuales exterminados por el totalitarismo. Es un símbolo de lo que pudo haber sido y no fue.

La muerte, aquí, ya no es individual: es una apoteosis nacional, un sacrificio colectivo, una estética de la aniquilación. Por eso mismo, la literatura posterior al Holocausto y a la caída del nazismo ya no busca consuelo: busca sentido. Como si morir fuera el único verbo aún conjugable después de un régimen criminal y delirante.

No mucho después, el Muro de Berlín sirvió de frontera, cicatriz y sentencia para los alemanes. Su caída, en 1989, fue una resurrección política, pero el duelo se prolongó en el tiempo. Alemania no solo tuvo que reunificarse territorialmente, sino espiritualmente. Como si tuviera que volver a inventarse una relación con la vida que no pasara por el trauma de la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Fría.

Un espejo oscuro

El amor por la muerte en la cultura germana es un intento sagaz, apasionado y a veces deslumbrante de entender por qué una cultura tan fecunda en pensamiento, arte y ciencia ha estado tan obsesionada con el hecho de morir.

En estas páginas, Montesinos no solo escribe sobre la muerte como objeto artístico, sino sobre el alma de una cultura que la ha tenido siempre como horizonte. Y al hacerlo, nos recuerda algo esencial: que una civilización se define no solo por cómo vive, sino por cómo concibe su final.

Sinopsis de El amor por la muerte en la cultura germana

Un exhaustivo repaso a los más influyentes pensadores y literatos alemanes desde Kant y Goethe hasta la actualidad bajo el denominador común de la pulsión por la muerte tanto en sus vidas como en sus obras

¿De dónde procede la querencia de los literatos alemanes por el morir? ¿Esa deleitación morbosa es algo propio de singularidades o impregna toda la cultura germana? Toni Montesinos responde a estas preguntas con una extensa relación de autores, vidas y obras que, abrumadoramente, ponen de relieve cómo la muerte preside la lengua alemana y ha marcado el devenir histórico de sus tierras.

De este modo, el autor hace alarde de su maestría investigadora para ofrecer una historia de las letras alemanas, desde el siglo XVIII hasta el XXI, en que cuestiona a muchos de sus protagonistas, desmitificando biografías y libros, al tiempo que lleva al lector a ese imán social hacia el suicidio o el afán mortuorio en forma de guerras o exterminio de seres humanos. Y es que, como escribió George Clemenceau: «En la naturaleza de los hombres está el amar la vida. Alemania no practica este culto. En el alma alemana, en el arte, la filosofía y la literatura de este pueblo no se comprende lo que es verdaderamente la vida, lo que constituye su magia y su grandeza. Y hay en él una atracción morbosa y satánica por la muerte. Este pueblo ama la muerte».

Toni Montesinos (Barcelona, 1972) es crítico literario de La Razón desde el año 2000, además de director de Qué Leer y colaborador de Cuadernos HispanoamericanosCultura/s (de La Vanguardia) y El Viajero (de El País). Autor de más de cincuenta libros de diversos géneros: poesía, novela, ensayo, biografía, historias de la literatura y crónicas viajeras, también se ha encargado de editar o prologar obras de una docena de escritores españoles, hispanoamericanos y anglosajones. Con La pasión incontenible. Éxito y rabia en la narrativa norteamericana obtuvo el XI Premio Internacional de Crítica Literaria Amado Alonso. En la editorial Berenice ha publicado La letra herida. Autores suicidas, toxicómanos y dementes (Berenice, 2022). En El Desvelo Ediciones ha publicado los ensayos La larga pintura del hombre y El sueño esclavo, así como las novelas El fantasma de la verdad y La soledad del tirador.

Título: El amor por la muerte en la cultura germana
Autor: Toni Montesinos
Editorial: El Desvelo Ediciones
Año de publicación: 2025
Género: Ensayo

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © El Desvelo Ediciones. Reservados todos los derechos.


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Guzmán Urrero

Escritor y diseñador de comunicación, experto en gestión cultural. Doctor en Ciencias de la Información. Ha colaborado en 'ABC', la Agencia EFE, 'El Mundo', 'The Objective', 'Cuadernos Hispanoamericanos', 'Álbum Letras-Artes', 'Scherzo' y otros medios.
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.


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