"La pregunta de si las máquinas pueden pensar es tan relevante hoy como en 1950, pero ahora tenemos herramientas para responderla"
Por: José Daniel Figuera
La inteligencia artificial ha evolucionado de concepto filosófico a realidad cotidiana en pocas décadas. Este viaje intelectual está plasmado en obras fundamentales que anticiparon desafíos éticos, técnicos y sociales que hoy enfrentamos con herramientas como ChatGPT. Estos cinco libros no solo explican la IA: redefinieron cómo la entendemos.
1. "Maquinaria computacional e inteligencia" (1950) - Alan Turing
El artículo seminal de Turing (publicado en la revista Mind) estableció las bases conceptuales de la IA con su famoso "Juego de la Imitación". Su pregunta "¿Pueden pensar las máquinas?" sigue guiando la investigación actual. Turing no solo propuso una prueba para evaluar inteligencia artificial (el ahora llamado Test de Turing), sino que anticipó objeciones filosóficas que aún se debaten.
Lo revolucionario fue su enfoque conductual: en lugar de definir la inteligencia, propuso evaluarla mediante interacciones. Este principio sigue aplicándose en sistemas modernos como ChatGPT, donde lo que importa es la capacidad de mantener conversaciones coherentes, no la "comprensión" real.
2. "Superinteligencia: Caminos, peligros, estrategias" (2014) - Nick Bostrom
Este libro del filósofo sueco puso en la agenda global los riesgos existenciales de la IA. Bostrom analiza el "problema de control": cómo alinear los objetivos de una IA superinteligente con valores humanos. Sus escenarios de explosión de inteligencia y el concepto de "optimización instrumental" influyeron profundamente en el desarrollo ético de la IA.
El autor plantea dilemas como el del "clip maximizador": una IA programada para fabricar clips podría convertir toda la materia del universo en clips si no está correctamente alineada. Estas metáforas exponen los desafíos de programar sistemas más inteligentes que nosotros.
3. "Inteligencia artificial compatible con humanos" (2019) - Stuart Russell
El coautor del libro de texto estándar sobre IA ofrece aquí una crítica constructiva al campo. Russell argumenta que debemos rediseñar la IA alrededor del principio de "incertidumbre sobre los objetivos humanos". Su propuesta de sistemas que aprendan valores en lugar de optimizar métricas fijas está inspirando enfoques actuales.
El libro es particularmente relevante para entender los desafíos de sistemas como ChatGPT, que deben navegar entre instrucciones contradictorias o peligrosas. Russell propone arquitecturas donde las máquinas constantemente verifiquen si sus acciones realmente sirven a los humanos.
4. "Atlas de IA: Poder, política y costos planetarios" (2021) - Kate Crawford
Esta investigación revela la infraestructura material detrás de la IA. Crawford demuestra cómo sistemas como ChatGPT dependen de cadenas de suministro globales, explotación laboral y enorme consumo energético. Desde las minas de litio hasta los centros de datos, el libro expone los "costos ocultos".
Un hallazgo clave: entrenar un modelo avanzado de IA puede emitir 300,000 kg de CO2, equivalente a 125 vuelos Nueva York-Beijing. Crawford nos recuerda que la "nube" es en realidad una red física con impactos ambientales y geopolíticos concretos.
5. "El problema de la alineación" (2020) - Brian Christian
Christian explora el desafío central de la IA contemporánea: cómo asegurar que los sistemas interpreten correctamente los objetivos humanos. El libro analiza casos reales donde la IA malinterpreta instrucciones, desde algoritmos de contratación sesgados hasta errores médicos.
El autor muestra cómo incluso sistemas aparentemente objetivos pueden desarrollar comportamientos peligrosos al optimizar métricas equivocadas. Este problema es evidente en chatbots que generan información falsa pero convincente, priorizando coherencia sobre veracidad.
Estas obras forman un mapa intelectual para navegar la revolución de la IA. Desde los fundamentos teóricos hasta los dilemas actuales, muestran que entender la inteligencia artificial requiere tanto de ingeniería como de humanismo. En la era del ChatGPT, su lectura ya no es optativa: es una herramienta para participar conscientemente en el futuro que estamos construyendo.
Fuentes
Alan Turing. "Maquinaria computacional e inteligencia". Mind, 1950 (trad. al español en antologías).
Nick Bostrom. Superinteligencia: Caminos, peligros, estrategias. Teell, 2016.
Stuart Russell. Inteligencia artificial compatible con humanos. Debate, 2020 (trad. española).
Kate Crawford. Atlas de IA: Poder, política y costos planetarios. Debate, 2021.
Brian Christian. El problema de la alineación. Teell, 2021 (trad. española).
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, junto a Vladimir Putin, presidente de Rusia.
Análisis
Jorge Cachinero
Directivo y consejero. Experto en relaciones con Gobiernos, riesgos políticos y reputación.
Economista.com
Algunos líderes de Europa urgen a los países del continente que se remilitaricen frente a la amenaza de Rusia, cuando, en realidad, lo que buscan es mantenerse en el poder y conservar la relación transatlántica con Estados Unidos (EEUU) como fue desde 1945. Las políticas de la Unión Europea (UE) y de varias naciones europeas son desastrosas porque renuncian a fuentes de energía baratas como son el petróleo y el gas rusos y se arriesgan a un enfrentamiento con la primera potencia nuclear del mundo. La competitividad global de las economías europeas está recibiendo un golpe terrible y Europa se está desindustrializando. Europa ha dejado de innovar y de invertir en su desarrollo tecnológico, mientras que recarga sus modelos de negocio con normas y con impuestos. La censura contra las voces disidentes europeas aumenta en los medios de comunicación tradicionales, como sucedió en EEUU durante años. Europa sigue fascinada por la ilusión de convertirse en un centro de poder global a pesar de lo anterior y un grupo de políticos no elecos al mando de la UE formulan una estrategia geopolítica que está en contradicción con los intereses de los ciudadanos. La insatisfacción se apodera de italianos, de húngaros, de eslovacos, de franceses o de alemanes, en cuyos países dicho sentimiento se expresa políticamente de forma llamativa. Los problemas crecientes que dichas élites políticas tienen con el respeto a la libertad de expresión o con la práctica del cristianismo en Europa se barren debajo de la alfombra y no se discuten. Por último, la inmigración ilegal o descontrolada está cuestionando la civilización europea, cuyos pilares son la filosofía griega, el derecho romano y el monoteísmo de raíz judeocristiana. Sin embargo, la prioridad entre las clases políticas dirigentes de Europa es hacer frente a la Federación de Rusia.
Europa sigue fascinada por la ilusión de convertirse en un centro de poder global
La UE está reescribiendo la historia del siglo XX de tal forma que asocia a Rusia con la Alemania nazi y le traspasa de ésta la intención de convertirse en un agresor expansionista sobre el continente europeo como lo fue Hitleren los años 30. Los oxímoros totalitarios que Orwell creó -“guerra es paz”, “libertad es esclavitud”, “ignorancia es fuerza” se reeditan a través de eslóganes falaces como “Putin es Hitler”, “Trumpes fascista” o “memoria es democracia”, quese repiten sin cesar en Europa. La política exterior europea consiste en sabotear la iniciativa de paz del presidente Trump en Ucrania, fomentar revoluciones de coloresen Europa Central y del Este y en el Cáucaso y evocar al enemigo en las puertas, el bárbaro venido de las estepas frías orientales. Estos tres movimientos se están desplegando con el objetivo de mantener el control y la disciplina en el continente europeo. Esta agenda deteriora las relaciones entre Europa y EEUU y su vínculo transatlántico, dado que la primera no observa los hechos del presente como son realmente, sino, como le gustaría que fueran, y evita asumir responsabilidades por sus errores de los años pasados. El miedo de políticos europeos a ser expulsados por fuerzas emergentes de sus posiciones de autoridad empuja a la burocracia de Bruselas a arrebatarle aún más poder a los gobiernos nacionales con la justificación del odio antirruso. El mantra es suprimir la democracia para salvarla, como en Rumanía o como en Francia, al igual que se intentó en EEUU contra Donald J. Trump (DJT) sin éxito. En definitiva, todos los enemigos de los líderes europeos son agentes de Putin, en lo que es una versión nueva del supuesto complot Rusia-Rusia-Rusia contra la democracia en EEUU, del que se acusó, cómo no, a DJT, el activo por excelencia de Putin. Algunos dirigentes europeos necesitan descarrilar cualquier posibilidad de una solución pacífica al conflicto en Ucrania liderada por DJT, al que se le tiene una hostilidad personal profunda. Este comportamiento tampoco está dando resultados positivos para Europa porque DJT y el vicepresidente J.D. Vance han encontrado la vía para acercarse a algunos políticos europeos y a distanciarse de otros de manera selectiva. Europa apuesta por una victoria del partido Demócrata en 2028, sin ser consciente de que los cambios tectónicos que se están produciendo en Europa seguirán y de que DJT o Vance continuarán el rumbo trazado para EEUU más allá de esa fecha.
Lo que necesita saber sobre la muerte de Mussolini: cómo sucedió, los eventos que llevaron a la muerte del Duce y las consecuencias
Muerte de Mussolini: cómo ocurrió y los acontecimientos previos
El 27 de abril de 1945, Sandro Pertini, un partisano socialista, reveló en Radio Milano Libera, un día antes de la muerte de Mussolini , que el Duce había sido capturado. Obreros , el fascismo ha caído. […] El líder de esta asociación criminal, Mussolini, mientras, amargado de ira y miedo, intentaba cruzar la frontera suiza, ha sido arrestado. Debe ser entregado a un tribunal popular para un juicio sumario. Y por todas las víctimas del fascismo y por el pueblo italiano, sumido en la ruina por el fascismo, debe ser y será ejecutado. Esto es lo que deseamos, aunque pensemos que para este hombre el pelotón de fusilamiento es demasiado honor. Merece ser asesinado como un perro sarnoso . Descubramos qué pasó primero y cómo murió Mussolini .
El contexto
El 25 de julio de 1943, Benito Mussolini fue depuesto y posteriormente liberado el 12 de septiembre del mismo año por los alemanes en Campo Imperatore. A instancias de Hitler se vio obligado a trasladarse al lago de Garda para encabezar un gobierno títere, el de la República Social Italiana.
Perseguido y acabado, convencido de estar en peligro, a principios de 1945 Mussolini comenzó a elaborar una solución política . Luego se dirigió al arzobispo Ildefonso Schuster, llegando a Milán con el objetivo de encontrar un acuerdo con los partisanos.
La reunión tuvo lugar el 25 de abril, el día de la insurrección de Milán, que selló el destino de Mussolini. Achille Marazza, delegado del Comité de Liberación Nacional del Norte de Italia , impuso una rendición incondicional, mientras que poco después Mussolini descubrió que los alemanes ya estaban negociando una rendición por separado.
El plan de Mussolini
Ahora convencido de que estaba solo, Mussolini comenzó a elaborar un nuevo plan. Según algunas hipótesis, el Duce estaba dispuesto a llegar al Reducto Alpino republicano, donde se habría puesto en contacto con los aliados para buscar un acuerdo, aprovechando las relaciones que tenía con el gobierno británico, demostradas por la misteriosa (y nunca desclasificada) correspondencia Mussolini- Churchill .
A las 20.00 horas Mussolini partió hacia Como y el 26 de abril se le unió en Menaggio Claretta Petacci. El clima no era el mejor, caracterizado por la tensión y la incertidumbre. Los jerarcas estaban convencidos de que Petacci era responsable de muchos de los errores del Duce, mientras el miedo se extendía en las reuniones, que duraban hasta altas horas de la noche.
Además, Mussolini no estaba solo, sino que viajaba con un convoy de vehículos que transportaba a 174 italianos y 200 alemanes. Sin embargo, en Musso, la columna fue bloqueada por primera vez por un grupo de partisanos y partió nuevamente después de una larga negociación. Un poco más adelante, cerca de Dongo, el convoy fue detenido por la 52 Brigada Garibaldi .
Mientras tanto, también se había difundido la noticia de que Mussolini también estaba en la columna. En ese momento, algunos soldados alemanes –no está claro si para proteger o denunciar al Duce– informaron de la presencia de un compañero borracho en los camiones. Los partisanos encontraron a Mussolini con un abrigo militar alemán y una bolsa con algunos documentos.
La detención de Mussolini
Tras ser reconocido, Mussolini fue arrestado y llevado al ayuntamiento de Dongo para ser interrogado.
Luego fue llevado a Germasino, al cuartel de la Guardia di Finanza, y en mitad de la noche se reencontró con Claretta Petacci.
La pareja pasó su última noche en Bonzanigo en la casa de unos campesinos, bajo el control de los partisanos, con Mussolini cubierto con una venda en los ojos para ocultar su identidad.
La muerte de Mussolini
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El 28 de abril Mussolini hacía su última comida, mientras que a las 16.10 el Duce y Claretta Petacci eran fusilados delante de la puerta de Villa Belmonte, en Giulino di Mezzegra, en el lago de Como. Hay varias historias y versiones en torno a la muerte de Benito Mussolini que se han desarrollado a lo largo del tiempo y son más o menos imaginativas.
Según la versión oficial, el tirador fue “Valerio”, es decir, Walter Audisio (en la foto) , un coronel partisano. El Comité de Liberación Nacional quería matar a Mussolini contra la voluntad de los aliados, que seguían enviando telegramas a los comandos partisanos pidiéndoles que entregaran al Duce. A las 3 de la madrugada del 28 de abril, el CLNAI comunicó a los aliados que el Duce había muerto, engañándolos: «Lamentamos no poder entregaros a Mussolini, que fue juzgado por el Tribunal del Pueblo y fusilado [...]», decía el telegrama, pero en realidad Mussolini todavía estaba vivo.
Según la versión oficial, quien mató al Duce, por orden del Comité de Liberación Nacional, fue el coronel Walter Audisio, emisario de los jefes de la Resistencia y comunista. En su misión “Valerio” estuvo acompañado por Aldo Lampredi, conocido como “Guido”, y Michele Moretti, “Pietro”, un partisano local.
¿Qué pasó después de la muerte de Mussolini?
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Después del asesinato de Mussolini, los cuerpos del Duce y de Carletta Petacci fueron cargados en un camión, junto con los cadáveres de los líderes fascistas que habían sido fusilados. A las 3.40 del 29 de abril el convoy llegó a Piazzale Loreto donde fueron descargados los cuerpos.
La elección no fue casual porque en ese mismo lugar después de la masacre del 10 de agosto de 1944 los cuerpos de las víctimas habían sido abandonados, dejados expuestos al sol todo el día sin permitir que sus familiares se los llevaran.
A las 7 de la mañana, mientras los partisanos de guardia dormían, los transeúntes reconocieron los cadáveres. Pronto la noticia se difundió y la plaza se llenó. Se formó una multitud enorme, difícil de contener, tanta que las primeras filas, empujadas, acabaron pisoteando los cadáveres, desfigurándolos. Una mujer disparó cinco tiros contra el cuerpo de Mussolini para vengar a sus cinco hijos muertos durante la guerra, mientras alguien escupía e insultaba los cuerpos.
A las 11 de la mañana estaba claro que la situación ya no era sostenible. Un equipo de bomberos lavó los cuerpos manchados de sangre y saliva con agua de un camión cisterna. Los cuerpos fueron luego retirados y colgados boca abajo en el refugio de una gasolinera en la esquina de Corso Buenos Aires y la plaza .
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Al día siguiente, a las 7,30 horas, se realizó la autopsia del cuerpo de Mussolini en la morgue cívica del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Milán en via Ponzio.
El examen fue realizado por el profesor Caio Mario Cattabeni quien destacó la presencia de catorce orificios de bala -siete de entrada y siete de salida- y seis orificios posteriores a la muerte.
La causa de la muerte fue una sección de la aorta por bala. Cattabeni escribió que la autopsia tuvo lugar: "En condiciones excepcionales de tiempo y lugar, en una sala anatómica donde ocasionalmente irrumpían periodistas, partisanos y la gente debido a la ausencia de un servicio de orden público armado".
El cuerpo de Mussolini fue posteriormente enterrado de forma anónima en el cementerio Maggiore de Milán el 5 de agosto de 1945.
El impacto de Trump —su descentramiento de Estados Unidos, que dejó de servir como pivote hacia el orden de posguerra a través del dólar— ha provocado una profunda división entre quienes se beneficiaron enormemente del statu quo, por un lado, y, por otro, la facción MAGA (Hacer Estados Unidos Grande Otra vez), que ha llegado a considerar el statu quo como perjudicial, incluso una amenaza existencial, para los intereses estadounidenses. Ambas partes han caído en una amarga polarización acusatoria.
Una de las ironías del momento es que el presidente Trump y los republicanos de derecha hayan insistido en denigrar, como una «maldición de los recursos», los beneficios del estatus del dólar como moneda de reserva, que precisamente llevó a Estados Unidos la ola de ahorro global entrante que le ha permitido disfrutar del privilegio único de imprimir dinero, sin consecuencias adversas. ¡Hasta ahora!
Parece que los niveles de deuda finalmente importan, incluso para el Leviatán. El vicepresidente Vance ahora compara la moneda de reserva con un «parásito» que ha devorado la esencia de su «anfitrión» —la economía estadounidense— al forzar la sobrevaluación del dólar.
Para que quede claro, el presidente Trump cree que no tenía otra opción: o bien podía cambiar radicalmente el paradigma existente, a costa de un sufrimiento considerable para muchos de quienes dependen del sistema financiarizado, o bien podía permitir que los acontecimientos se encaminaran hacia un inevitable colapso económico estadounidense.
Incluso quienes comprendían el dilema al que se enfrenta Estados Unidos se han visto un tanto impactados por su egoísta descaro al simplemente «imponer aranceles al mundo».
Las acciones de Trump —como muchos afirman— no fueron ni «impulsivas» ni caprichosas.
La «solución arancelaria» había sido preparada por su equipo durante los últimos años y formaba parte integral de un marco más complejo, que complementaba los efectos de los aranceles en la reducción de la deuda y los ingresos, mediante un programa para forzar la repatriación a Estados Unidos de la industria manufacturera desaparecida.
La apuesta de Trump puede, o no, tener éxito: corre el riesgo de una crisis financiera mayor, ya que los mercados financieros están sobreapalancados y son frágiles. Pero lo que está claro es que el descentramiento de Estados Unidos que se derivará de sus crudas amenazas y la humillación de los líderes mundiales provocará, en última instancia, una reacción contraria tanto en las relaciones con Estados Unidos como en la disposición global a seguir manteniendo activos estadounidenses (como los bonos del Tesoro estadounidense). El desafío de China a Trump marcará el “tono”, incluso para aquellos que carecen del peso de China.
“Sigue siendo indiscutible que la fuerza laboral estadounidense ha sido devastada por la triple amenaza de la migración masiva; la anomia general de los trabajadores como consecuencia de la decadencia cultural; y en particular, por la alienación masiva y la privación de derechos de los hombres de mentalidad conservadora. Estos factores han contribuido considerablemente a la actual crisis de dudas sobre la capacidad de la industria estadounidense para recuperar algo de su antigua gloria, por muy drástico que sea el golpe que Trump le dé al deteriorado orden mundial».
Trump está organizando una revolución para revertir esta realidad —el fin de la anomia estadounidense— mediante, (espera Trump), el resurgimiento de la industria estadounidense. Existe una corriente de opinión pública occidental —que no se limita en absoluto a los intelectuales ni sólo a los estadounidenses— que desespera ante la falta de voluntad de su propio país o su incapacidad para hacer lo necesario, su incompetencia y su crisis de competencia. Estas personas anhelan un liderazgo considerado más duro y decisivo, un poder sin restricciones ni compasión.
Un partidario de Trump de alto rango lo expresa con crudeza: «Nos encontramos en un punto de inflexión muy importante. Si vamos a enfrentarnos a los “Grandes Feos” [NE. jerga empresarial que designa empresas grandes con una cuota de mercado estable en industrias consolidadas] con China, no podemos permitirnos lealtades divididas… Es hora de ser crueles, brutales, duramente crueles. Las sensibilidades delicadas deben ser despachadas como una pluma en un huracán».
No sorprende que, en el contexto general del nihilismo occidental, se haya consolidado una mentalidad que admira el poder y las soluciones tecnocráticas despiadadas —casi la crueldad por sí misma—. Tomen nota: nos espera un futuro turbulento.
El desmoronamiento económico de Occidente se ha complicado aún más por las declaraciones a menudo contradictorias de Trump. Puede que forme parte de su repertorio; sin embargo, su falta de precisión evoca la idea de que nada es confiable; nada es constante. Fuentes de la Casa Blanca han informado que Trump ha perdido toda inhibición a la hora de tomar medidas audaces: «Está al borde de que ya no le importe nada», declaró a The Washington Post un funcionario de la Casa Blanca familiarizado con el pensamiento de Trump: «¿Malas noticias? Le importa un comino. Hará lo que tenga que hacer. Hará lo que prometió durante la campaña».
Cuando una parte de la población de un país se desespera por la falta de voluntad o la incapacidad de su propio país para “hacer lo que debe hacerse”, argumenta el analista político Aurelien en su Substack, comienza, de vez en cuando, a identificarse emocionalmente con «otro país», considerado más duro y decisivo. En este momento en particular, «el manto» de ser «una especie de superhéroe nietzscheano —más allá de las consideraciones del bien y del mal—, recayó sobre Israel, al menos para una capa influyente de los responsables políticos estadounidenses y europeos.
Aurelien continúa: «Israel, cuya combinación de una sociedad superficialmente occidental, con audacia, crueldad y un desprecio total por el derecho internacional y la vida humana, resultó emocionante para muchos y se ha convertido en un modelo a seguir. El apoyo occidental a Israel en Gaza cobra mucho más sentido cuando se comprende que los políticos occidentales, y sectores de la clase intelectual, admiran en secreto la crueldad y brutalidad de la guerra de Israel”.
Una oportunidad para cambiar el modelo del financierismo neoliberal
Sin embargo, a pesar de la disrupción y el dolor causados por el «giro» estadounidense, también representa una gran oportunidad: una oportunidad para cambiar a un paradigma social alternativo más allá del financierismo neoliberal.
Esto ha sido descartado, hasta ahora, por la insistencia de la élite en la idea TINA [There Is No Alternative (no hay alternativa)]. Ahora la puerta está entreabierta.
Karl Polyani (Imperio Austrohúngaro, 1886- Canadá, 1964), en su The Great Transformation («La Gran Transformación. Crítica del liberalismo económico«, edición en castellano), publicada hace unos 80 años, sostuvo que las enormes transformaciones económicas y sociales que había presenciado durante su vida —el final del siglo de «paz relativa» en Europa de 1815 a 1914, y la posterior caída en la agitación económica, el fascismo y la guerra, que aún continuaba en el momento de la publicación del libro— tuvieron una única causa principal:
«Antes del XIX, insistió Polyani, el modo de ser (de la economía como componente orgánico de la sociedad) siempre había estado «incrustado» en la sociedad y subordinado a la política local, las costumbres, la religión y las relaciones sociales; es decir, subordinado a una cultura civilizacional. La vida no se trataba como algo separado; no se reducía a particularidades distintivas, sino que se veía como partes de un todo orgánico: la vida misma.
El nihilismo posmoderno [que derivó en el neoliberalismo descontrolado de la década de 1980] invirtió esta lógica por completo. Como tal, constituyó una ruptura ontológica con gran parte de la historia. No solo separó artificialmente el “modo de ser” económico del político y ético, sino que la economía abierta y de libre comercio (en su formulación de Adam Smith) exigía la subordinación de la sociedad a la lógica abstracta del mercado “autorregulado”.
Para Polanyi, esto «significaba nada menos que la gestión de la comunidad como un complemento del mercado», y nada más. La respuesta, claramente, fue hacer que la sociedad volviera a ser la parte dominante de una comunidad claramente humana; es decir, dotarla de significado a través de una cultura viva. En este sentido, Polanyi también enfatizó el carácter territorial de la soberanía: el Estado-Nación como condición soberana para el ejercicio de la política democrática.
Polanyi habría argumentado que, sin un retorno a la Vida misma como eje central de la política, era inevitable una reacción violenta. ¿Es esta reacción la que presenciamos hoy?
Putin destacó tanto el asedio impuesto al Estado como la respuesta rusa al mismo: un modelo que probablemente será adoptado por gran parte del mundo. Se trata de un modo de pensamiento económico que ya practica China, que anticipó la ofensiva arancelaria de Trump.
El discurso de Putin, metafóricamente hablando, constituye la contraparte financiera de su discurso en el Foro de Seguridad de Munich de 2007, donde aceptó el desafío militar que planteaba la «OTAN colectiva». Sin embargo, el mes pasado fue más allá: Vladimir Putin declaró claramente que Rusia había aceptado el desafío que representaba el orden financiero anglosajón de «economía abierta». El discurso del presidente ruso en cierto sentido, no fue nada nuevo: representó la transición del modelo de «economía abierta» hacia la «economía nacional».
La «Escuela de Economía Nacional» (del siglo XIX) argumentaba que el análisis de Adam Smith, centrado en gran medida en el individualismo y el cosmopolitismo, pasaba por alto el papel crucial de la economía nacional.
El resultado de un libre comercio general no sería una república universal, sino, por el contrario, una sumisión universal de las naciones menos avanzadas a las potencias manufactureras y comerciales predominantes.
Quienes abogaban por una economía nacional contrarrestaban la economía abierta de Smith abogando por una «economía cerrada» que permitiera a las industrias emergentes crecer y ser competitivas en el escenario global.
“No se hagan ilusiones: no hay nada más allá de esta realidad”, advirtió Vladimir Putin a los industriales rusos reunidos en marzo de 2025. “Dejen las ilusiones a un lado”, dijo a los delegados: “Las sanciones y restricciones son la realidad actual, junto con una nueva espiral de rivalidad económica ya desatada”. “Las sanciones no son medidas temporales ni específicas; constituyen un mecanismo de presión sistémica y estratégica contra nuestra nación. Independientemente de los acontecimientos globales o cambios en el orden internacional, nuestros competidores buscarán constantemente limitar a Rusia y reducir su capacidad económica y tecnológica. No deben aspirar a una completa libertad de comercio, pagos y transferencias de capital. No deben contar con los mecanismos occidentales para proteger los derechos de los inversores y empresarios… No me refiero a ningún sistema legal, ¡simplemente no existen! ¡Existen allí sólo para sí mismos! Ese es el truco. ¿Lo entienden?”.
Nuestros desafíos [rusos] existen, sí, dijo Putin; “pero los suyos también son abundantes. El dominio occidental se está desvaneciendo”. Nuevos centros de crecimiento global están cobrando protagonismo. Estos desafíos no son el «problema»; son la oportunidad, argumentó Putin. Priorizaremos la manufactura nacional y el desarrollo de las industrias tecnológicas. El viejo modelo ha terminado. La producción de petróleo y gas será simplemente el complemento de una «economía real» autosuficiente y de circulación interna, donde la energía ya no será su motor. Estamos abiertos a la inversión occidental, pero sólo en nuestros términos, y el pequeño sector «abierto» de nuestra economía real, por lo demás cerrada y autocirculante, seguirá comerciando, por supuesto, con nuestros socios BRICS”.
Rusia está volviendo al modelo de la Economía Nacional, insinuó Putin. «Esto nos hace resistentes a las sanciones y los aranceles». «Rusia también es resistente a los incentivos, al ser autosuficiente en energía y materias primas», dijo el presidente ruso.
Un claro paradigma económico alternativo ante un orden mundial en desintegración.
Alastair Crooke, es ex diplomático británico y ex agente de inteligencia del MI6.