Con Thalia en la rueda de Viena encontré a Ana Ajmatova




Desde hace décadas años gira la rueda gigante sobre Viena y ofrece una vista única de la ciudad a orillas del Danubio. Esa noche con Thalia nos montamos ; en la cima "se fue la luz". La rueda estuvo inmovilizada un buen tiempo; era el 3 de agosto de 1959. Durante esos larguísimos minutos cada segundo estuve tentado de abrazarla al final con el frio en los huesos le tome las manos; Thalia era una de las interpretes de la Delegación italiana del VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes . Rumana de 23 años que hablaba varios idiomas.
Nuestra relación comenzó cuando ella reprendió a un austriaco alto y grueso reclamándome airado que lo molestaban  mis comentarios.
Era un flaco y espigado joven de 16 años recién cumplidos, venezolano, proveniente de Maiquetía en un jardín de Viena escuchando un concierto con una italiana oriunda de Rumania. Años más tarde me entere que se daba un aire a Ana Ajmatova pero fue esos días cuándo como una premonición sentí lo que años después la lectura de su poesía me dibujara;


¡Vamos a casa, criatura!

¿Pero dónde es mi casa y dónde mi cordura?



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