Irene Nemirovsky ‘Suite Francesa’ «Una obra maestra.» L’Express PDF del libro








Suite francesa

Suite francesa retrata con maestría una época fundamental de la
Europa del siglo XX, la vida en Francia durante la invasión
y Ocupación alemana de Francia, desde junio de 1940, mes en que el
ejército nazi derrotó rápidamente a los defensores franceses.
Imbuida de un claro componente autobiográfico, esta novela se
inicia en París los días previos a la invasión alemana, en un
clima de incertidumbre e incredulidad. Enseguida, tras las
primeras bombas, miles de familias se lanzan a las carreteras en
coche, en bicicleta o a pie.
Némirovsky dibuja con precisión las escenas, unas conmovedoras y
otras grotescas, que se suceden en el camino: ricos burgueses
angustiados, amantes abandonadas, ancianos olvidados en el
viaje, los bombardeos sobre la población indefensa, las
artimañas para conseguir agua, comida y gasolina. A medida que
los alemanes van tomando posesión del país, se vislumbra un
desmoronamiento del orden social imperante y el nacimiento de
una nueva época.


Manuscrito de Suite Francesa 1942


La presencia de los invasores despertará odios, pero también
historias de amor clandestinas y públicas muestras de
colaboracionismo.  
Suite francesa combina un retrato intimista de la burguesía ilustrada
con una visión implacable de la sociedad francesa durante la
ocupación. Con lucidez, pero también con un desasosiego notablemente
exento de sentimentalismo, la autora,  muestra el fiel reflejo de una
sociedad que ha perdido su rumbo. El tono realista y distante de
Némirovsky le permite componer una radiografía fiel del país que la ha
abandonado a su suerte y la ha arrojado en manos de sus verdugos.  
Estamos pues, ante un testimonio profundo y conmovedor de la condición
humana, escrito sin la facilidad de la distancia ni la perspectiva del
tiempo, por alguien que no llegó a conocer siquiera el final del
cataclismo que le tocó vivir.  
En la Suite francesa dos niñas de 13 y 7 años Denise y Elizabeth
respectivamente, escapan del horror nazi en la Francia de 1942. Llevan
consigo una pesada maleta llena de recuerdos, fotos, documentos,… y un
manuscrito de su madre protegido por una vieja carpeta de cuero
marrón. Su padre se lo confió antes de ser detenido por los gendarmes
y conducido a varios campos de concentración, y después al infierno de
Auschwit, donde poco después moriría. A su madre hace ya meses que no
la ven. También ha sido asesinada en el horror de Auschwit.  
Las niñas han podido salvarse gracias a su tutora, que las ha
escondido en su casa. Les ayudará a cruzar Francia clandestinamente
pasando varios meses ocultas primero en un convento y después en
sótanos de la región de Burdeos, siempre arrastrando la maleta y
protegiendo la vieja carpeta.  
Durante mucho tiempo Denise, no se atreve a abrir el manuscrito ya que
le trae recuerdos muy dolorosos. Muchos años después, junto a su
hermana Elizabeth, decide donarlo al Instituto para la Memoria de la
Edición Contemporánea no sin antes mecanografiarlos para conservar los
recuerdos de su madre.  
Poco a poco, al ir descifrando las palabras con la ayuda de una gran
lupa, empieza a aparecer ante sus ojos no un diario íntimo como ella
esperaba, sino un sobrecogedor y lúcido retrato de la ocupación
alemana de Francia en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial.
Las hermanas eran las hijas de Iréne Némirovsky y el manuscrito la
Suite Francesa.  
Existen pocos casos en los que un libro resulta tan fascinante
como la vida de su autora y como la historia del propio
manuscrito.
Suit Francesa es una de ellos.  
Es una novela excepcional escrita en condiciones excepcionales.
Es ante todo un libro testimonial, Irene Nemirovsky, lo escribió
mientras acaecían los hechos que describe, durante su retiro con
su marido y sus hijas en un pueblecito del Borgoña francés, a
donde se habían trasladado para pasar desapercibidos y evita así
ser enviados junto a otros miles de judíos a un destino entonces
desconocido.
Fue concebida por la autora como una obra ambiciosa que
constaría de cinco partes, de las que sólo terminaría las dos
primeras, Tempestad en Junio y Dolce.  
Su proyecto se vio truncado tempranamente porque acabó sus días
en un campo de concentración. Pero dejó interesantísimas
anotaciones sobre sus intenciones creativas, tanto de su
estructura como de su enfoque.  
Muy interesante y recomendable, además del libro, su biografía y

la historia del manuscrito de la novela. 

http://www.edu.xunta.gal/centros/cepigrexavaladares/system/files/03_COMENTARIO+(Suit+Francesa).pdf




PDF]Nemirovsky, Irene – Suite Francesa IPAD - aifos

aifos.mx/wp-content/uploads/2014/10/Nemirovsky-Irene-Suite-Francesa.pdf
Francia desde hacía sólo diez años fuese la autora de aquel libro brillante, cruel, ..... ambicioso, Suite francesa, a la que no tendrá tiempo de poner la palabra ...
La última promesa de
Irène Némirovsky
Cristian Jara
Irène Némirovsky
Foto: www.forlagid.is
En 1929, a sus veintiséis años, Irène
Némirovsky (nacida en Kiev, en 1903)
publicó en Francia David Golder. Para
la crítica francesa fue un bombazo; la
novela fue calificada de “obra maestra”.
De la noche a la mañana Irène saltó a la
fama y despertó admiración en el público
y respeto entre autores que veían con
asombro su talento. Para ella fueron años
de vida holgada; tenía una familia
ejemplar y se centró en escribir novelas
de espíritu realista. El esplendor de la vida latía; el horror de la guerra vendría después.

Transcurridos nueve años de su éxito abrumador, y pese a su enorme reputación, le negaron la nacionalidad francesa. Tal rechazo parecía presagiar un destino, el suyo: en 1939 con la idea de sobrevivir a los nazis, ella y su familia decidieron convertirse al catolicismo, pero fue inútil. El cerco se estrechó en 1940, cuando el gobierno de Vichy le impidió publicar más novelas. Por entonces Michael Epstein, su marido, perdió el trabajo en la Banque des Pays du Nord. En medio de ese contexto y pese a la incertidumbre, Némirovsky se embarca a escribir Suite francesa, novela inspirada en la Quinta sinfonía, de Beethoven, con la que buscaba retratar, en un ambiente bélico, los rasgos más crueles de los distintos estratos sociales que en Francia logró conocer.

Al alba, con su carpeta marrón cargada de papeles cebolla bajo el brazo, encontraba refugio a la sombra de los árboles y, valiéndose de una letra minúscula, escribía alrededor de tres capítulos al día. Ya para entonces toda la familia había logrado reunirse en aquella casa de Issy-L’Évêque, en Borgoña, donde un año atrás sus dos hijas –Denisse y Elizabeth– consiguieran refugiarse gracias al incondicional apoyo de su niñera.

Cuando faltaba un mes para la batalla de Stalingrado, los nazis quebraban todas las puertas. Irène tenía treinta y nueve años y un presagio: “He estado escribiendo mucho, me imagino que serán mis obras póstumas, pero cuando menos me ayudan a pasar el tiempo”, le escribió a su antiguo editor. La noche del 13 de julio de 1942, cuatro miembros de la gendarmería francesa llamaron al timbre. “Mamá volverá”, aseguró Irène a sus dos hijas que la miraban aterradas. En ese momento, apoyándose en su condición de exbanquero, Michael acudió al embajador del Reich; le recordó quién había sido y aseguró que su mujer sentía nula simpatía por el régimen bolchevique; que su detención había sido un error. Rechazada la petición, a cambio de ver libre a Irène, Michael ofreció su vida, pero tres meses más tarde quedó también detenido.

Auxiliadas por una tutora, Denisse y Elizabeth empacaron y consiguieron huir de aquella casa refugio; pueblo por pueblo soportaron la angustia de la clandestinidad en graneros y sótanos. En 1945 la guerra llegó a su fin. Por boca de los judíos sobrevivientes corría la palabra dolor; en el caso de Denisse y Elisabeth, la palabra esperanza. Después de escribir los nombres de sus padres en carteles, corrieron a la Gare de l’ Est, donde afluían los sobrevivientes de los campos de exterminio nazi, pero recibieron la noticia de que su madre había fallecido de tifus en Auschwitz y que, meses después, los alemanes habían asesinado a Michael.

Con el paso de los años, Denisse y Elizabeth descubrieron que el destino familiar había estado marcado por la huida. En 1918, en plena revolución rusa, la pequeña Irène y sus padres se vieron obligados a huir de Kiev; después de una breve etapa en Finlandia y Suecia se instalaron en Francia y ahí fijaron su residencia.

Mediante fotos fechadas y documentos, Denisse y Elizabeth descubrieron lo ejemplar que había sido Irène en la escuela. Dominaba el francés y se había graduado con honores en la Sorbona; leía de manera compulsiva y a sus hijas les quiso brindar el amor que su madre le negó por no soportar envejecer al lado de una jovencita. Descubrieron que su libro favorito era El retrato de Dorian Grey, que tenía devoción por Dostoievsky y Turguéniev y que, por otra parte, había alcanzado éxito con David Golder (1929), El Baile (1930), Nieve de otoño (1931), El vino de la soledad (1935), Jezabel (1936) y Los perros y los lobos (1940), entre otras obras, todas marcadas por la vena cruda del realismo familiar, hasta antes de que se lo prohibieran por ser judía.

En 1975 Denisse abrió la maleta de su madre; entre prendas y olores del pasado halló una carpeta marrón y hojas de papel cebolla escritas con una letra minuciosa. Ante el miedo a extraviar un legado familiar, valiéndose de una lupa, ella y Elizabeth emprendieron la titánica tarea de pasar en limpio aquel manuscrito que conformaba una novela inconclusa. Hicieron dos copias, pero el entusiasmo se detuvo cuando Elizabeth enfermó de cáncer. Aun así, en 1992 escribió Irène Némirovsky, la biografía imaginada de su madre. En 2004 Denise envió el manuscrito de Suite francesa a un editor. Por primera vez en la historia, un autor muerto fue galardonado con el Premio Renaudot de literatura. Aunque a Denisse le habría gustado celebrarlo con su hermana, fallecida en 1996, sabe que se ha hecho justicia y más tras el descubrimiento y publicación en 2007 de El ardor de la sangre, drama rural impregnado de traición, muerte e intriga, escrito entre 1937 y 1941. Olivier Philipponnat y Patrick Lienhardt, actuales biógrafos de Némirovsky, la rescataron de documentos que pertenecieron a André Sabatier, su editor de aquellos convulsos años, lo que le otorga mayor azar al regreso fortuito de esta autora.


Denisse tiene ahora ochenta y tres años, vive en Toulouse y ha erigido un santuario en nombre de su madre que aquel día de 1942 prometió volver... Irène cumplió su promesa.

http://www.jornada.unam.mx/2013/04/21/sem-cristian.html



Irène Némirovsky


Irène Némirovsky (Kiev, 11 de febrero de 1903 - campo de concentración de Auschwitz, 17 de agosto de 1942), novelista de origen ucraniano, que vivió en Francia y escribió en francés. Fue deportada bajo leyes raciales por su origen judío, aunque se había convertido al catolicismo en 1939.




Biografía

Irène Némirovsky era hija de un banquero judío ucraniano, Léon Némirovsky. Fue educada por una institutriz francesa de modo que el francés fue prácticamente su lengua materna; su madre, Fanny (1887-1989) no mostró mucho interés por Irène. También hablaba ruso, polaco, inglés, vasco, finés y yiddish. En diciembre de 1918, después de que los bolcheviques pusieran precio a la cabeza de su padre, la familia de Irène escapó de la revolución rusa y permaneció un año en Finlandia. En julio de 1919, llegaron a Francia. Irène, de 16 años, pudo retomar sus estudios y obtuvo en 1926 la licenciatura en Letras en la Sorbona. A los 18 años comenzó a escribir.
En 1926, Irène Némirovsky se casó con Michel Epstein, un ingeniero transformado en banquero; tuvieron dos hijas: Denise, en 1929 y Élisabeth, en 1937. La familia Epstein se instaló en París.
En 1929 envió su primera novela, David Golder, a la editorial Grasset. Temiendo el rechazo, no incluyó en el sobre ni su nombre ni su dirección. El editor tuvo que publicar un anuncio en la prensa para poder conocer al autor de aquella obra audaz, cruel y brillante. Su editor, Bernard Grasset, la proyectó entonces en los salones y medios literarios. Esta novela fue apreciada por escritores tan diferentes como Joseph Kessel, que era judío, o Robert Brasillach, que era antisemita. De su novela se hicieron en 1930 adaptaciones para el teatro y el cine.
En 1930, El baile narra el difícil paso de una adolescente a la edad adulta. La adaptación al cine sería la revelación de Danielle Darrieux. Irène Némirovsky se transformó en una consejera literaria, amiga de Joseph Kessel y Jean Cocteau.
Siendo una escritora en lengua francesa reconocida e integrada en la sociedad francesa, el gobierno francés, sin embargo, rechazó su petición de nacionalización en 1938, en una actitud de antisemitismo. Finalmente, el 2 de febrero de 1939, ella y toda su familia se convirtieron al catolicismo.
Víctimas de las leyes antisemitas promulgadas en octubre de 1940 por el gobierno de Vichy, Michel no pudo trabajar más en la banca y a Irène le impidieron publicar. Se refugiaron entonces en Issy-l'Évêque, donde habían mandado a sus hijas en 1939 junto a la familia de su niñera. Irène se dedicaría a escribir aunque no podía publicar. Ella y su marido llevaron la estrella amarilla.
El 13 de julio de 1942, Irene fue arrestada por la gendarmería francesa e internada en el campo de Pithiviers; muy pronto sería deportada a Auschwitz, donde murió de tifus el 17 de agosto de 1942. El mismo día del arresto, su marido emprendió innumerables gestiones para lograr su liberación y finalmente en octubre de 1942 fue arrestado, deportado a Auschwitz y al poco tiempo de llegar, asesinado en la cámara de gas el 6 de noviembre de 1942.

El descubrimiento de una escritora

Después del arresto de sus padres, Denise y Élisabeth Epstein vivieron escondidas durante la guerra, ayudadas por amigos de la familia y llevando siempre la valija con los manuscritos inéditos confiados por su madre, entre ellos la Suite francesa. Eran dos tomos de una novela inacabada que tiene por escenario el éxodo de 1940, la ocupación alemana en Francia y la pérdida del mundo normal; es un relato claro e inteligente de la desaparición de la Francia que existió o, que quizás nunca existió realmente. En ella se describe la sociedad de la Francia de Vichy dibujando escenas de convivencia entre sus miembros y el invasor. Además de los dos tomos escritos tenía recogidas numerosas notas de los tomos sucesivos y de posibles cambios en los ya realizados. No la pudo finalizar porque fue detenida y deportada a Auschwitz donde moriría poco tiempo después. Fue publicada en el 2004. Recibió el Premio Renaudot a título póstumo.
Las dos hijas han conservado la memoria de su madre con varias reediciones. En 1992, su hija Élisabeth Gille, que dirigió en la editorial Denoel la colección "Présence du Futur", publicó la biografía soñada de su madre, El Mirador.

Libros




El malentendido (novela, publicada en 1926 en la revista Le Oeuvres Libres y editada como libro en 1930).
Un niño prodigio (novela, 1927).
David Golder (novela, 1929).
El baile (novela, 1930).
Nieve en otoño (novela, 1931).
El caso Kurílov (novela, 1933).
Le pion sur l'échiquier (1934, no traducido al español).
Films parlés (1934, no traducido al español).
El vino de la soledad (novela, 1935).
Jezabel (novela, 1936).
La presa (novela, 1938).
Deux (1939, no traducido al español).
El maestro de almas (novela, 1939).
Los perros y los lobos (novela, 1940).
Los bienes de este mundo (novela, publicada en 1941 en el semanario Gringoire y editada como libro póstumamente, en 1947)
La vida de Chéjov (biografía, 1946, obra póstuma)
Fogatas (novela, 1948, obra póstuma).
Dimanche (cuentos, 2000, no traducido en español, obra póstuma).
Destinées et autres nouvelles (2004, no traducido al español, obra póstuma).
Suite francesa (novela, 2004, obra póstuma).
El ardor en la sangre (novela, 2007, obra póstuma).



Óperas


En marzo de 2010 se estrenó la ópera "Le Bal" (El Baile) de Oscar Strasnoy en la Ópera de Hamburgo, con un libreto de Matthew Jocelyn.








LA CRÍTICA

«Una narración de un vigor extraordinario.» 
Le Monde

«Una obra excelente.» 
New York Times

«Es preciso leer este libro.» 
Le Nouvel Observateur

«Una obra maestra.» 
L’Express

«Un libro de una calidad literaria excepcional.» 
TLS

«Sensacional recuperación [...] Némirovsky registra con portentosa serenidad, sin consentirse ninguna flaqueza sentimental, la perturbación de los hombres y mujeres zarandeados por la guerra. [...] Se trata de una escritora que crea adicción.» 
Babelia

«La lectura de este libro significa mucho más que el simple acercamiento a un documento trágico de una época fundamental para la historia de Europa.» 
ABC de las letras

«Literatura de la mejor cepa. [...] Suite francesa por lo tanto, además de ficción pura, es un documento personal y directo del mismo rango que el Diario de Ana Frank o Una mujer en Berlín de autora anónima.» Culturas

«Hay novelas llenas de verdad capaces de conservar intacto entre sus páginas un trozo del mundo. Ésta es una de ellas.» 
Territorios

«Suite francesa es una excelente novela que ha crecido con los años. [...] La obra de Némirovsky debe interpretarse como un acto de resistencia del espíritu contra el fanatismo y la intolerancia Sus palabras aún nos iluminan.» 
El Cultural


«Un fresco extraordinario, de una hondura humana e inteligencia literaria prodigiosos.» 
Caballo Verde

Publicar un comentario

0 Comentarios