La necesidad de kitsch del “hombre kitsch”: es la necesidad de mirarse en el espejo del engaño embellecedor y reconocerse en él con emocionada satisfacción” (p. 159).
Cuando leí esta obra, hace más de un mes, la frase me pareció curiosa y la guardé. Kitsch se aplica a la estética que resulta de mal gusto o pasada de moda pero que pretende ser elegante, distinguida y moderna imitando objetos o estilos artísticos ya superados. En consecuencia, el “hombre kitsch” es el hombre que se autoengaña siempre en positivo, que cree poseer belleza allí donde solo hay mal gusto, que se emociona con su engañosa percepción y considera que está a la última en su eterno desfase. Se trata de hombres engreídos y convencidos de su importancia y originalidad……….. alguno he conocido. ( https://u-topia1.blogspot.com/2012/05/milan-kundera-y-el-hombre-kitsch.html)
Milan Kundera KITSCH.
De: "El Arte de la Novela"
Cuando escribía La insoportable levedad del ser estaba un poco inquieto por haber hecho de la palabra “kitsch” una de las palabras-pilares de la novela. Efectivamente, hasta hace poco, esta palabra era casi desconocida en Francia o conocida en un sentido muy empobrecido En la versión francesa del célebre ensayo de Hermann Broch, se tradujo la palabra “kitsch” por “arte de pacotilla”. Un contrasentido porque Broch demuestra que el kitsch es algo más que una simple obra de mal gusto. Está la actitud kitsch. El comportamiento kitsch. La necesidad de kitsch del “hombre kitsch” (Kitschmensch): es la necesidad de mirarse en el espejo del engaño embellecedor y reconocerse en él con emocionada satisfacción. Para Broch, el kitsch está ligado históricamente al Romanticismo sentimental del siglo XIX. Y como en Alemania y en Europa central el siglo XIX era mucho más romántico (y mucho menos realista) que en otras partes, fue allá donde el kitsch se extendió en mayor medida, allá donde nació la palabra kitsch, donde se sigue utilizando corrientemente. En Praga vimos en el kitsch al enemigo principal del arte. No en Francia. Aquí, al arte auténtico se le contrapone el divertimento. Al arte de gran calidad, el arte ligero, menor. Pero en lo que a mí respecta, ¡nunca me han molestado las novelas policíacas de Agatha Christie! Por el contrario, Tchaikovski, Rachmaninov, Horowitz al piano, las grandes películas de Hollywood, Kramer contra Kramer, Doctor Zivago (¡oh, pobre Pasternak!), eso sí lo detesto profundamente, sinceramente. Y cada vez me siento más irritado por el espiritu del kitsch presente en obras cuya forma pretende ser modernista. (Añado: la aversión que Nietzsche sintió por las “bellas palabras” y por los “abrigos ostentosos” de Victor Hugo fue un rechazo anticipado del kitsch."(,,,)
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